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Comercialización

Los arándanos argentinos rompieron récord de exportación vía marítima

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|Argentina|

La campaña de exportación del sector arandanero tuvo un importante crecimiento en los envíos por barco. La reducción en la oferta de vuelos, y por ende el aumento en las tarifas aéreas que impuso la pandemia, obligaron a las empresas a profundizar la logística marítima. De las 11.000 toneladas exportadas, unas 6050 se enviaron por esta vía.

“Sabíamos que esto sucedería y que debíamos tener calidad para aumentar los envíos marítimos. Previamente tuvimos encuentros y capacitaciones con proveedores de equipos de atmósfera controlada para el transporte de la fruta. Así logramos alcanzar prácticamente el 60%, cuando en el pasado nunca habíamos llegado a superar el 30%”, expresó Federico Baya, presidente del Comité Argentino de Arándanos (ABC).

El dirigente explicó además que el cambio de un año a otro fue considerable. “En 2019 se habían cargado unas 3079 toneladas por barco. Las 6050 de este año representan un crecimiento del 97%”, detalló.

Históricamente el sector envió el 90% de su fruta vía aérea, pero en los últimos años, productores y empresas comenzaron a cambiar la matriz exportadora debido a los costos elevados. Mientras que enviar la fruta por avión sale unos 2,50 dólares el kilo, por barco esa cifra es de 0,50 centavos de dólar el kilo. No obstante, tal como lo señala Baya, hasta esta temporada no se había podido superar el techo del 30% vía marítima.

Este año el sector incrementó los envíos por barco, pero lo hizo a costa de reducir levemente el volumen total exportado de 12.800 a 11.000 toneladas. Sucede que el arándano, al ser un fruto altamente perecedero y muy delicado en su tratamiento, debe ser cosechado en las condiciones climáticas óptimas para que resista las distancias del traslado marítimo. A diferencia del envío aéreo, donde la fruta se exporta y llega al otro día, en barco pueden transcurrir entre 20 y 28 días (solo de tránsito) hasta llegar a su mercado destino.

En 2020 Argentina cosechó unas 18.000 toneladas de fruta, de las cuales 11.000 se destinaron a exportación en fresco, 3.500 a congelado (industria) y 3.000 al mercado interno.

Por eso, ante la presencia de lluvias y altas temperaturas que aceleraron la maduración del fruto durante la cosecha, muchos productores eligieron enviar ese arándano a industria, “limpiar” el campo y esperar a que estén listos los próximos frutos para volver a mandar por barco. Fue una forma de cuidar los mercados y garantizar que el producto llegue en las mejores condiciones.

Pero no solo la pandemia les exige reinventarse a los arandaneros. El otro gran factor que presiona un cambio en el esquema de exportación es Perú, un país que durante la última década no ha dejado de incrementar sus volúmenes de fruta cosechados. “El crecimiento de la oferta de Perú nos hizo ajustarnos el cinturón a todos, la presión de su oferta tira los precios a la baja. Por eso no nos queda otra que profundizar la exportación por mar, sino no dan los números”, explica a InterNos Federico Baya.

Los principales mercados destino fueron Estados Unidos y Canadá (65% entre ambos), la Unión Europea y Reino Unido (30%) y varios países de Asia (5%). “La demanda fue buena, pero los precios han bajado por la presión del volumen adicional de Perú, que pasó de 105.000 a 140.000 toneladas en la ventana argentina de agosto a diciembre. Nosotros seguimos apostando a un aumento de la oferta de arándano orgánico y eso nos permite diferenciarnos”, agregó el titular del ABC.

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