Comercialización
Papa: hay más consumo y buen volumen productivo
|Argentina|
El clima es una de los factores que más influye en el valor de las frutas y verduras que comemos. Pero la demanda que los consumidores hacemos en determinadas épocas o momentos del año también tiene incidencia y es una variable a tener en cuenta cuando pretendemos entender por qué suben o bajan los precios de los alimentos.
Durante el año de la pandemia, el consumo de frutas y verduras creció de manera considerable. Uno de los motivos fue que las personas pasamos más tiempo en nuestros hogares y por ende, cocinamos más. La papa es un claro ejemplo de ese suceso. Un estudio realizado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata, reveló que en el 2020 el consumo de papa en el país alcanzó los 52 kilos por habitante al año y logró superar el consumo de carne vacuna. Esto representó una suba del 18% si se lo compara con las estadísticas del año 2018.
Sin embargo, es importante mencionar que esta no es la primera vez que el consumo de este alimento escala tan alto. Entre las décadas de 1970 y 1980, los argentinos llegamos a consumir 70 kilos de papa por persona. En ese momento las razones se relacionaron principalmente a su bajo precio. Pero en 2014, la demanda tuvo una fuerte caída y el consumo bajó hasta los 40 kilos.
Para este 2021, las estimaciones en relación al consumo son tan optimistas como las del año pasado ya que el precio de la papa se mantiene accesible si se lo compara con otros productos. Pero es difícil hacer proyecciones cuando la producción papera, al igual que todos los alimentos que se cosechan a cielo abierto, dependen fuertemente del clima en las zonas productivas. En meses donde hay mucha cantidad de lluvias, la cosecha de papas se vuelve prácticamente imposible porque los caminos rurales y los propios campos se llenan de barro. Eso hace que la oferta disminuya en los mercados y, ante el aumento de la demanda, el precio de este producto se incrementa.
En épocas de sequías extremas, como fue el 2020, la producción también se ve afectada. Esto fue lo que alertaron los productores cordobeses en octubre del año pasado cuando aseguraron que la escasez de lluvias y la falta de humedad en la atmosfera atrasaron el desarrollo de los cultivos. “Hace muchos años que no había una sequía tan grande como esta. Los incendios dan cuenta de eso. Por suerte, en el cinturón verde de zona sur, que es abastecido por el dique Los Molinos, hay agua para riego. Eso sí: los turnos están un poco más lento de lo normal debido a la gran demanda que existe”, dijo en su momento a InterNos Leonardo Bonafe, titular de la filial Córdoba de Federación Agraria.
En este sentido, es importante saber dónde se produce la papa que consumimos y qué importancia tiene en nuestro país este cultivo. En Argentina hoy existen casi 80.000 hectáreas sembradas de papa. La provincia que se consolida como la principal zona de producción es Buenos Aires, particularmente el sudeste. Allí las ciudades de Mar del Plata, Otamendi, Batan, Menchongué, Tandil, Azul, Necochea y Balcarce entre otras, concentran aproximadamente 33.000 hectáreas. La cosecha en este sector del país se da primero en los meses de marzo/abril y en noviembre se cosechan algunas variedades tempranas.
En segundo lugar se encuentra Córdoba que hoy cuenta con 20.000 hectáreas sembradas en Villa Dolores, cinturones hortícolas y zona de sierras. Su principal cosecha se desarrolla en mayo/junio y es la provincia encargada de abastecer a los mercados durante el invierno. Pero en noviembre/diciembre también realizan una segunda cosecha de verano. Tercera en la lista de producción está la provincia de Tucumán y a esta le siguen locaciones más chicas ubicadas en Salta, Jujuy, Mendoza, Rosario, Catamarca y Río Negro.
La distribución de las zonas productivas a lo largo y ancho de todo el país posibilita una oferta de papa constante durante todo el año, ya que cuando la cosecha termina en determinadas zonas comienza en otra. Además, el ciclo productivo de la papa no supera los 120 días lo que permite una cierta estabilidad anual porque el ingreso del producto a los mercados se va renovando en periodos cortos de tiempo.
Al año en el país se cosechan más de 2.800.000 toneladas de papa. Aproximadamente el 80% de ese total se destina al mercado interno para el consumo en fresco. Esto quiere decir que el porcentaje de papa que se importa de otras naciones es muy bajo y solo sucede en momentos de grandes desabastecimientos. Las principal variedad que se siembra y consume en el país es la Spunta. El resto de las cosechas se dirige a la industria que es la encargada de exportar la papa argentina congelada. Su destino son los países limítrofes de Brasil, Chile o Paraguay. En este caso se comercializan las variedades Asterix e Innovator.
A pesar de que la producción papera cuenta con buenos números, la pandemia impactó en la comercialización y por consecuencia en el precio. Cuando las industrias aminoraron su funcionamiento en 2020, el precio de la papa bajó considerablemente. Las pocas ganancias que adquieren los productores nacionales en momentos críticos hacen que peligren las futuras siembras, ya que los insumos están dolarizados. Esto contribuye a que año a año la rentabilidad del sector sea cada vez menor.
“Los bancos privados consideran a nuestra actividad un riesgo y por eso no existen líneas de créditos o facilidades para los productores. Los únicos que pueden sobrellevar momentos de muchas lluvias o sequias son los productores grandes que cuentan con papa en varias zonas del país. Por eso, la tendencia es que cada vez hay menos productores con más hectáreas. Lo que nosotros ahora estamos pidiendo es que los bancos oficiales faciliten créditos para crear almacenes donde acopiemos las papas y podamos proveer a los mercados. De esa manera se generarían condiciones de estabilidad en los precios y en el abastecimiento”, explicó a este medio Mario Raiteri, vicepresidente de la Federación Nacional de Productores de Papa.
Finalmente, si revisamos los precios actuales dentro de los mercados mayoristas podemos decir que en el Abasto de Córdoba, el Mercado Central de Buenos Aires y en el Mercado Mayorista de Tucumán Mercofrut una bolsa de aproximadamente 20 kilos de papa oscila entre $500 y $700. Es importante aclarar que la variación de precios depende de la variedad de papa: lavada, común o cepillada.