Producción
Misiones: Por falta de rentabilidad, tiran plantaciones de cítricos y avanza la yerba mate
|Misiones|
Ante la falta de rentabilidad y pagos demorados, productores citrícolas misioneros están tirando plantaciones de naranjas, mandarinas y pomelos para dar paso a nuevos cultivos. Entre ellos pica en punta la yerba mate, uno de los grandes negocios del sector agrícola provincial debido a su facilidad de venta, pago al contado y sostenido crecimiento en el mercado interno.
Según informaron al medio El Territorio, los productores de cítricos esperan cobrar los próximos meses la fruta entregada en febrero por un valor de 3 pesos por kilo. “Esta complicada la situación, yo vendí mandarinas en febrero, ya veníamos con un mal año por la sequía. Con el mal clima la fruta no llegó a desarrollarse bien y se descartó mucho. Después gran parte fue para industria (de jugos) y otra parte como fruta. Pero en general, la industria nos descontó bastante”, dijo Roberto Mendoza, un pequeño productor citrícola de la zona de Colonia Aurora, al diario provincial.
El agricultor señala que la Cooperativa Citrícola de Misiones les adeuda dinero que necesitan para mantener sus plantaciones. “Yo tenía 32 toneladas de mandarina para industria que hasta ahora no me dicen cuando voy a cobrar. Supuestamente nos van a pagar cerca de fin de año, pero es mucho el tiempo. Ya pedimos ayuda al Ministerio del Agro y estamos esperando que nos ayuden o nos consulten por esta situación”, indicó Mendoza.
No obstante, el productor aclaró que el desfase con los pagos y los bajos precios no es un problema reciente, sino que vienen “hace como ocho años” con esta situación. “Siempre nos dicen que el próximo año va a mejorar, pero nunca mejora. Estoy esperando dar la baja a mis plantas para poder tumbarlas y hacer otra cosa. No tengo yerba, pero podría plantar o hacer algo de ganadería como hicieron mis vecinos”, consideró.
Según informa El Territorio, hace unos diez años en Colonia Aurora había unas 100 hectáreas de cítricos. Pero desde ese entonces se fueron reduciendo todos los años hasta casi desaparecer. “Hoy en mi zona, en Villafañe, soy el único que tiene tres hectáreas de mandarina. Todos mis vecinos fueron más inteligentes y erradicaron sus plantas para hacer ganado o yerba y hoy tienen buenos tractores o camionetas. Yo me quedé con las frutas y me arrepiento”, dijo Mendoza.
Otro plantador de su zona, Diego González, remarcó que el malestar viene por los pagos que se fueron demorando y generaron incertidumbre. “Se fueron estirando los pagos y no se dijo cuándo se van a cancelar. Preguntamos varias veces cuándo nos van a pagar y desde la cooperativa a la que entregamos no nos dan ninguna certeza. Pedimos reunirnos y no nos atienden. Ahora nos estamos reuniendo con productores de otras zonas como San Vicente, Fracrán, Dos de Mayo, El Soberbio, todos están con problemas y están tumbando sus plantas”, comentó.
Ante los bajos precios está proyectando, como sus vecinos, cambiar de actividad. “Acá los que tienen cítricos los están tumbando, si no los tumbaron todos ya. Hoy quedará como mucho el 30% de lo que tenía de plantaciones Colonia Aurora. No deja ganancia la fruta. Muchos están tumbando para plantar yerba mate”, describió González.
En otras provincias citrícolas la situación de los productores es similar: baja rentabilidad y pagos diferidos y desvalorizados respecto al tiempo en que se entregan las cosechas.
“Este año veníamos complicados con la cosecha. El consumo es similar, pero en 2020 hubo un 40 o 50% menos de producción y por eso la oferta estuvo equilibrada. Hubo un poco más de rentabilidad. Este año los costos crecieron y el productor terminó recibiendo menos”, explicó Fernando Borgo, dirigente de la Federación del Citrus (Fecier), al periodista Victor Pirris.
“El año pasado estuvimos con precios en variedades de primicias y buscadas de 25 pesos, este año andamos en 8 y 12 pesos por kilo en planta”. El dirigente entrerriano recordó además que la industria (de jugos) está pagando “alrededor de los 5 pesos por las naranjas y 4 pesos por la mandarina, son precios muy bajos, no cubren para nada los costos”.
Fuente: El Territorio