Edición 23

Editorial

Published

9 años ago

1 julio, 2015

Cuestionar todo: ¿somos lo que comemos?

Una pregunta tan trillada y al mismo tiempo tan vigente. La célebre pregunta atribuida al filósofo Hipócrates sigue girando y abriendo debates cuando de alimentación se habla.

En primer lugar deberíamos decir que la frase no es de Hipócrates sino de Ludwig Feuerbach. Un intelectual alemán, humanista e im- portante pensador del materialismo histórico. Profundo crítico de la religión dijo: “Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados denle mejores alimentos. El hombre es lo que come”. En contexto, Feuerbach apelaba a la mejor distribución de alimentos para las clases empobrecidas de Alemania.

En segundo lugar no podemos más que afirmar la vigencia de la idea, y sobre todo en su sentido original. En estos tiempos en donde, por suerte, todo es plausible de ser cuestionado, es válido repreguntarnos por nuestros hábitos y costumbres. Pero también por aquellas teorías que parecen ser verdades irrefutables. ¿Tenemos que producir más alimentos? ¿Es la cantidad el problema? La malnutrición es la causa número uno de enfermedades y muertes en el mundo. La malnutrición es desnutrición pero también es sobrepeso.

A nivel mundial hoy consumimos el doble de carne que nuestros abuelos. Del total de las tierras que se usan para producir alimen- tos, el 70% son pastizales para animales y el 30% son cultivos. De esos cultivos, un tercio es destinado a consumo animal. ¿Tenemos este dato presente? “El ganado es uno de los principales responsables de los graves problemas medioambientales de hoy en día. Se requiere una acción urgente para hacer frente a esta situación” dijo Henning Steinfeld, Jefe de la Subdirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del Sector de la FAO al presentar un estudio sobre los efectos de la ganadería en el medio ambiente.

En esta edición en donde seguimos hablando de ley de semillas, pero también de nuevos consumidores y tendencias de consumo como el champiñón, los invitamos también a cuestionarse todo. Empezando por lo que tenemos servido en el plato.