Edición 29
“Para mí la Federación es un organismo que abre puertas”
Vocal 3° en Fenaomfra
Cooperativa Mercado Concentrador Frutihortícola de Santiago del Estero (Comeco)
Fecha de nacimiento: 20/06/1958
Lugar: San Miguel de Tucumán
Eduardo Flores es santiagueño hasta el tuétano y pide que lo aclaremos ni bien comenzamos con la entrevista. Al igual que pide saltear la parte de las virtudes y los defectos, “Nunca me gustó ser autorreferencial”, se disculpa. Flores es un hombre de hablar correcto (como sus coterráneos) al tiempo que es divertido e intercala con destreza frases profundas y concienzudas con chistes de todo tipo. Cuando aún transcurría su adolescencia se acercó a la dirigencia, formando parte de la Cámara de operadores que más tarde diera origen a la Cooperativa Mercado Concentrador Frutihortícola de Santiago del Estero (Comeco). “En ese momento era el más joven, ahora soy de lo más viejos”, bromea. Trabaja en el mercado hace 45 y hoy tiene 58. Padre de cuatro varones, sólo uno lo acompaña en el mercado, Álvaro Lucio. “A mí me impusieron ir al mercado, a mis hijos jamás”, asegura. Hoy está en el proceso de cambio de generación con Álvaro, tarea que según confiesa no es nada fácil.
¿Hace cuánto tiempo se dedica a la actividad frutihortícola? ¿Su familia se dedicaba a esto?
Y… tengo 58 y a los 13 años ya estaba trabajando con mi padre en el mercado, a modo de acompañante. A los 15 ya tenía responsabilidad de manejo. Mi padre tenía puesto en Tucumán, se casó y se vino a vivir a Santiago y aquí siempre se dedicó a esto. La historia del mercado de Santiago del Estero marcó un poco la historia del puesto de mi familia. Mi padre tenía su puesto en el Mercado Armonía que es el minorista que está en pleno centro, allí funcionaba antes el mayorista. En el ´63 llevaron el mayorista a lo que es el matadero frigorífico de Santiago que es el mercado de abasto viejo. Allí se hace una Cámara de Puesteros mayoristas del mercado, yo a mis 17 años ya era miembro de la Cámara y allí comencé a militar en la actividad. Con el tiempo, y por necesidad, surge la posibilidad de convertirse en Cooperativa para administrar el mercado. Lo que hoy hay en Santiago es lo que quedó de aquella Comisión Directiva. Antes era el más joven ahora soy el más viejo.
¿Cómo fueron sus comienzos?
Mi padre era un hombre muy exitoso y yo crecí a la sombra de él en el ámbito del mercado, en un momento fallece mi padre y tuvimos un problema familiar y las cosas comenzaron a complicarse. Y desde ahí todos los días luchamos para estar en permanencia. El mercado tiene eso, te saca, te quita, te da. Es un constante devenir de idas y vueltas.
¿Sus hijos se dedican a esto?
El segundo en edad es el que hace tres o cuatro años está trabajando conmigo, se llama Álvaro Lucio Flores. Hoy tiene 30 años. Los otros no siguen, tengo dos que están en Córdoba con carta de declaración que no vuelven a Santiago y el otro trabaja con la madre y no quiere saber nada con la actividad del mercado. A mí me impusieron ir al mercado, a mis hijos jamás. El que está conmigo es un tarambana que después de mucho ir y venir decidió darme una mano.
¿Cómo y cuándo fue qué decidió empezar a trabajar en la gestión del mercado?
Comencé de joven porque la Cámara de Mayoristas de esa época estaba integrada por gente mayor y yo en ese momento me sentía un subversivo. En los mercados se trabajaba de lunes a lunes, además no había descanso, los horarios al público eran de las 3 o 4 de la mañana hasta las 12 del mediodía y después desde las 17 horas hasta las 22. A eso había que sumarle el atropello y la mala administración por parte del gobierno municipal. Era todo una lucha y la verdad es que los viejos de antes no tenían ni querían darse el tiempo para la actividad sindical o gremial, o para discutir con un intendente. Preferían estar como hasta hoy pasa, atrás del cajón. La verdad es que siempre me ha gustado el reto de discutir, en aquel momento era por el tema de los horarios, después fue el tema de la administración del mercado. Fueron 15 años de lucha hasta que un gobierno decidió darle a la Cooperativa la administración. Se armó la Cooperativa para administrar y habían pasado muchos años y no se había logrado eso, éramos una cooperativa sin actividad. De los 104 socios del principio se fueron desbandando y quedaron muy poquitos, hoy somos 20 o 22.
¿Cuándo decidió integrarse a Fenaomfra?
No tengo una fecha clara. Era la época en la que Manesi, a quien tuve el gusto de conocer, estaba dejando la presidencia de la Federación. Fue a través de Julio García que era administrador del mercado nuestro y tenía contactos con la gente del mercado de Rosario. Manesi hizo llegar la invitación. Nosotros fuimos a varias reuniones y nos entusiasmamos y al final, en el decante me tocó estar a mi más veces. Aparte la Federación en esa época era el aval que nosotros necesitábamos para constituirnos como administradores y como actores importantes responsables y capaces de hacer un mercado nuevo -que no era nada fácil-. En esa época éramos changos, éramos la camada de jóvenes. Para mí la Federación es un organismo que abre puertas, eso es lo que nos pasó a nosotros, la Federación hizo una carta de intención declarando la necesidad de la apertura de un nuevo mercado. Vino gente de la Fenaomfra y tuvieron reuniones con gente del gobierno. Eran pequeñas cosas que se hacían para que el gobierno entendiera que nosotros éramos los principales interesados en hacer un bueno manejo del mercado.
¿Cuáles considera fueron los mayores logros de la Federación en estos últimos años?
En cada reunión noto la presencia de la misma gente, con objetivos comunes. Eso me parece un logro. Yo soy un convencido de que los mercados deben tener un representante que no cambie la idea y que sea capaz de transmitirla porque si no, cuando cambia la administración y cambia la persona que va a la Federación, viene alguien nuevo con una idea nueva y es un comenzar todo de nuevo.
¿Cuáles cree que son las fortalezas y debilidades del sector?
Yo creo que la mayor fortaleza del sector es entender que somos un sector y que siendo Federación, siendo grupo de mercados que trabajan para hacerle saber a la población que somos parte importante de la estructura del país. Nos falta llegar a la sociedad. Tenemos la obligación de llegar, de hacernos conocer al consumidor final como una parte importante en la cadena de valor en el país. La debilidad es no haber llegado en tiempo y forma todavía a los consumidores. Por esto, me parece valorable la iniciativa de la Federación de dictar cursos para capacitar a los operadores y más adelante también a los minoristas. Desde los mercados también tenemos que reeducar en políticas que sean comunes y que nos hagan bien a todos.
¿El trabajo define lo que uno es o solo es lo uno que hace?
Creo que la persona se define por muchas cuestiones, igual con los años que tengo acá adentro del mercado creo que en una provincia como Santiago, la persona que me conoce sabe que soy del mercado porque hay una íntima relación. En mi definición como persona soy más filoso para devanar el intríngulis de lo que uno puede llegar a ser o no ser.
Si no trabajara de esto, ¿qué le hubiera gustado hacer o ser?
Siempre he dicho, desde que era muy chico, que quería estudiar en la escuela industrial y me obligaron a estudiar en la escuela de comercio asique estudié Ciencias Económicas, pero me faltan cuatro materias. Es uno de los karmas que tengo. Lo digo así porque el que estudió sabe que no hay nada peor que cruzar todo el río y morir en la orilla del otro lado. Tengo hasta el trabajo final terminado. A partir de eso, no soy ejemplo de nada.
¿Cuál es su idea de la fidelidad?
La fidelidad en el tema del comercio es entre pinzas, básicamente uno debe que ser fiel con el otro, pero en el trato comercial uno convive con la infidelidad. En el plano personal tengo un respeto muy grande por la fidelidad a pesar de ser muy extrovertido y atrevido, la fidelidad a la familia, los amigos, los hijos, está por arriba de todo.
¿Qué le hace reír?
Trato de reírme de todo y de todos, porque soy un convencido de que todos y todas se ríen de mí también. Me parece que es más lindo plantearse las cuestiones a partir de eso que a partir de las que me ponen triste.
No vamos a hablar de defectos y virtudes…
No, ya te dije. Nunca me ha gustado autorreferenciarme en nada, más allá que cuando lo hago solo es por una cuestión cronológica para ubicarme en el tiempo.
¿Tiene algún héroe o algún personaje actual o histórico al que admire?
Siempre he tenido admiración por gente de mi familia y gente de la familia de mi mujer. Mi suegro, mi padre, mi madre, la abanderada. Pero más que admirar valoro mucho las virtudes del otro e intento aprender.
¿Un sueño aún por cumplir o algo que quisiera vivir?
Ah! Si tengo uno pero es casi una cuestión de secreto entre la cama, yo y mi mente que cuando sueño trato de que no lo escuche mi señora. De todas maneras, el día que lo logre vos te vas a enterar porque lo voy a hacer público…