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Con buenos rendimientos, la siembra directa va ganando su lugar en la horticultura
|Argentina|
La siembra directa está creciendo con fuerza en nuestro país. Y no sólo en la agricultura extensiva, sino también la producción intensiva de hortalizas. Un informe del INTA Hilario Ascasubi señala que producir mediante esta técnica permite optimizar esfuerzos y recursos, además de aumentar los rendimientos productivos.
La labranza cero es el cultivo iniciado sobre un suelo cubierto de material vegetal y sin laboreo previo. Se trata de una tecnología de aplicación continua sobre un determinado lote, con el eje centrado en el manejo del suelo. Si bien es una técnica que requiere menor esfuerzo físico (al evitar los trabajos de remoción de la tierra) sí demandan conocimiento, planificación y criterio.
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Según señala el documento publicado por INTA, los conceptos generales de la labranza cero para la producción de hortalizas es similar a la utilizada en agricultura extensiva: rotación de cultivos, mantenimiento de cobertura vegetal, no remoción del suelo (sólo lo estrictamente necesario), reposición de nutrientes y adecuado control de malezas.
“La decisión de incorporar lotes en labranza cero debe hacerse con suficiente anticipación a la siembra”, explica el texto del INTA realizado en conjunto por Juan Pablo D´Amico, Patricio Varela, María Verónica Caracotche y María Carolina Bellaccomo. En este sentido, los investigadores recomiendan iniciar la labranza cero con cultivos de grano para luego dar continuidad a la rotación con las hortalizas. “Con esto se logrará realizar un mejor control de malezas y acumular cobertura con los residuos de cosecha”.
Los beneficios de la labranza cero son diversos y van desde el conveniente cuidado del suelo hasta un mayor rendimiento económico para los productores que la incorporan. En el documento se detallan los procesos específicos para la producción de ajo, cebolla y zapallito mediante labranza cero.
Cinco claves para el manejo de la labranza cero en hortalizas, según INTA:
- Adecuar la rotación en función de los ciclos productivos: calidad y cantidad de cobertura vegetal debe ser compatible con la siembra del cultivo siguiente.
- Realizar un adecuado control de malezas. Evitar produzcan semilla y logren un desarrollo importante.
- Prevenir la compactación del suelo y evitar la formación de irregularidades del relieve.
- Realizar una adecuada gestión de los residuos de cosecha y pos-cosecha. Evitar la quema de residuos.
- Sembrar cultivos de cobertura luego de la cosecha de cultivos que dejen poco rastrojo para lograr una anticipada competencia de malezas y adecuados volúmenes de cobertura vegetal.