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Política Sectorial

Retenciones y baja de reintegros complican a exportadores del Valle

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|Alto Valle|

Dos recientes anuncios preocupan al sector frutícola del Alto Valle. En primer lugar, la reducción de los reintegros a la actividad exportadora y, recientemente, la implementación de las retenciones a los productos primarios.

Días atrás, mediante un decreto emitido en el Boletín Oficial, los reintegros a las exportaciones de peras y manzanas pasaron del 8,5% al 4,75%, reduciéndose casi en un 50%. Para muchas empresas del sector este representaba un ingreso muy significativo, que en muchos casos permitía aumentar sus márgenes de rentabilidad.

Por aquellos días, el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne justificó este recorte en la reforma tributaria y el pacto fiscal realizado por el gobierno nacional, el cuál elimino impuestos indirectos al proceso de exportación y generó “el espacio para que dichos reintegros puedan ser reducidos”.

Sin embargo, ese no sería el único “esfuerzo fiscal” que se le exige a la actividad. El pasado lunes, Dujovne anunció un plan económico que incorpora un impuesto de 4 pesos por cada dólar exportado para el sector primario (y 3 pesos para las otras exportaciones).

Carlos Zanardi, presidente de la Cámara de Productores Agrícolas de Fernández Oro, salió a criticar la medida. “Las retenciones impactarán en forma directa en un monto cercano a los 1.500 millones anuales en la economía de las peras y manzanas de los Valles de Río Negro y Neuquén”, calculó el dirigente, para quién este tributo a la fruta es “inaceptable”.

Por otro lado, el consultor especializado en economía agrícola, Miguel Ángel Giacinti, explicó al diario La Mañana Neuquén que estas dos medidas limitarán las subas potenciales de los salarios, trayendo como consecuencia un fuerte impacto social.

“La suba del dólar solapa la realidad y, ante las retenciones, la hace emerger nuevamente”

“Con la baja de reintegros impositivos y la suba de retenciones, el incremento salarial disminuye a 18% como máximo. Esto porque significa una extracción de recursos económicos al sector de más de 2100 millones de pesos”, informó Giacinti. Para el consultor, un incremento de sueldos superior haría impagables los impuestos sociales y dificultaría el normal pago de salarios en tiempo y forma. Aún restan negociarse los salarios para la última parte de 2018 y la cosecha de 2019.

Para Giacinti, estas políticas son consecuencia de un “limitado diagnóstico sectorial” que supone que un tipo de cambio alto vuelve automáticamente rentable a la fruticultura regional. Asimismo, consideró que el problema estructural del sector son sus altos costos para competir en los mercados extranjeros y eso no puede solucionarse únicamente con un dólar competitivo. “La suba del dólar solapa la realidad y, ante las retenciones, la hace emerger nuevamente”.

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