Edición 35
Guido Cecive: “En Fenaomfra existe un fuerte trabajo asociado por los objetivos comunes del sector”
Fecha de nacimiento: 25 de enero de 1989
Lugar: Mar del Plata, provincia de Buenos Aires
Es el dirigente más joven con participación en la Federación Nacional de Operadores de Mercados. Con sólo 29 años, Guido Cecive entiende que involucrarse para resolver los problemas que tiene el sector no es solamente posible, sino necesario. “Lo importante es compartir cosas que sean interesantes para todo el sector, y tratar de combatir los problemas del momento juntos”, asegura.
La familia Cecive produce y comercializa peras y manzanas en Villa Regina, Río Negro, desde hace muchos años. En la década del 70 decidieron trasladarse a Mar del Plata para vender su mercadería en tiempo de temporada. Años después, abuelo y padre Cecive decidieron instalarse en la ciudad costera y comenzar a trabajar de manera permanente en el Mercado Procosud, siempre con mercadería propia. En ese contexto nació y creció Guido, con quien tuvimos el gusto de conversar.
¿Hace cuánto que te dedicás a la frutihorticultura?
Estoy en esto prácticamente desde que nací. Siempre fui al mercado con mi papa, desde chico. Me interioricé trabajando. A veces, antes de entrar a la escuela, llevaba pedidos a diferentes lugares. Después terminé mis estudios en el Colegio Peralta Ramos y empecé a estudiar Ciencias Económicas, la carrera de Contador Público y Licenciatura en Administración de Empresas. Y bueno, me mantuve trabajando año a año y el estudio fue quedando trunco. Hice tres años y medio y ahora estoy en stand by, la abandoné hace más o menos dos años.
¿Por qué decidiste ser dirigente?
Yo no me considero un dirigente. Si vos me decís que soy un dirigente frutihortícola yo te digo que no. Yo estoy trabajando, pertenezco a una familia productora de peras y manzanas, trabajo en el mercado, soy comerciante, trabajo bajo el núcleo familiar. Y a veces me meto porque uno escucha ‘uy, mirá los problemas que hay’, o ‘a tal cosa le falta difusión’. Nos quejamos, pero si no le buscamos la vuelta…
¿Y cómo decidiste sumarte a Fenaomfra?
Fenaomfra se dio luego del primer viaje que hice, el año pasado, a la asamblea de Fisherton. Me dieron muchas ganas de ir, quise hacer contactos, conocer a (Juan) Perlo, a los integrantes de la Federación, conocer qué hacían. Esa es la única forma de ir entablando diálogo, de ir conociendo gente de otras realidades, para que de a poco uno vaya manifestándose, diciendo lo que piensa, tanto para lo bueno como para lo malo. Lo importante es compartir cosas que sean interesantes para todo el sector, y tratar de combatir los problemas del momento juntos. Es buscarle la vuelta. Si un mercado quiere hacer las cosas solo le va a costar, todo esto tiene que ser un trabajo mancomunado. El contacto con Fenaomfra fue un poco por eso. Muchos directores del Procosud por sus cuestiones laborales no se podían acercar y decidí acercarme yo.
¿Cuáles considerás que han sido los mayores logros de la Federación?
Yo creo que tener una Federación con veinte y pico de mercados asociados ya es un logro en sí mismo. Que se haga una asamblea anual y que concurran la mayoría de los mercados asociados también lo es. En Fenaomfra existe un fuerte trabajo asociado por los objetivos comunes del sector.
¿Cuáles son las debilidades del sector?
Creo que el principal problema es que en estos últimos años no pudimos y no supimos fomentar el consumo. Es muy complicado unir a operadores, productores, hacer una cadena para que los esfuerzos conjuntos repercutan en la venta. La realidad es que si me pongo yo sólo a hacer una campaña para el consumo de manzanas puedo afianzar mi marca pero no el consumo de manzanas en general. Hay que entender que la principal palanca que hay que tocar es la del consumo. Parece mentira, pero mucha gente recién entiende que tiene que comer frutas y verduras cuando va al médico y le dicen: “Mirá, los triglicéridos los tenés altos, la presión también”. Los hábitos de consumo han cambiado mucho. Hoy una madre prefiere comprarle un yogurt a su hijo en vez de una fruta que tiene un valor nutricional mucho mayor. El problema es que esos hábitos están muy impuestos a través de la industria publicitaria.
Cuando vos fomentas el consumo, por lógica, suelen aumentar los precios. Pero ese dinero se redistribuye de una forma muy positiva en lo que es el agro. Porque el tipo al que le fue bien una temporada se compró un tractor, contrató gente. Entonces va quedando acá ese dinero. Consumir frutas y verduras es una forma muy democrática de distribuir. Es lo mejor que podemos hacer. Eso alienta la producción local y las economías regionales.
Otra debilidad que tenemos es que mucha mercadería no pasa por los mercados y por lo tanto no tiene los controles correspondientes. La mercadería debe tener inspecciones rigurosas. La venta por fuera del mercado es una deslealtad entre individuos del mismo ámbito que compiten con diferencias entre sí.
¿Cuáles son las fortalezas del sector?
Que estamos en un rubro alimentario. A veces se consume más y a veces menos, pero la gente siempre tiene que comer y consumir frutas y verduras. Eso nos brinda un horizonte muy amplio, porque nosotros vendemos salud. Vendemos alimentos saludables que por supuesto tienen que pasar por controles rigurosos, porque a veces hay prácticas frutihortícolas que los pequeños y medianos productores por desinformación o falta de interés no las practican como tiene que ser. Ahí necesitamos a Senasa, ahí necesitamos a Agroindustria.
¿El trabajo te define?
Hay una frase que dice: “El trabajo es muy lindo, me quedaría sentado mirándolo durante horas” (risas). Es difícil levantarse a la mañana, eh. Pero cuando uno se da cuenta que el trabajo le da dignidad al hombre, que el trabajo lo hace íntegro, que trabajar es indispensable porque te ayuda a pensar, a desempeñarte, a medirte con la gente, a descubrir un montón de cosas que sin trabajar no las podes aprender...mirá, muchos de los problemas de la Argentina es que no pocos integrantes de la clase política actual no han trabajado nunca. Se han nutrido únicamente de los libros. Entonces, hemos tenido economistas que son excelentes teóricos, pero en la práctica nos han hecho de goma.
Si nos quedamos solamente con la teoría, si no sabemos lo que es pasar frío o calor, atender o desarrollar un negocio, no nos podemos llegar a realizar completamente. Pasa por ahí. Y el esfuerzo del trabajo si uno es constante, paciente y perseverante se ve.
¿Qué te hace reír?
Un motón de cosas. Me río mucho con mis hermanos, con mi familia. Con chistes tontos, con situaciones graciosas, con las anécdotas. Juntarme con amigos y pasar momentos en familia son las cosas que más me gustan. A veces quedar en ridículo de manera graciosa me hace reír. Creo que en el hecho de reírse de uno mismo está el secreto de la felicidad. Cuando uno tiene errores o picardías, queda en ridículo… ¡y bueno, ya está! ¿Qué otra cosa te queda más que reírte?
¿Cuál es tu virtud más valorada?
Ufff, qué difícil. (Risas). No, no sé. La verdad que no tengo respuesta para eso.
¿Cuál es el defecto que más te molesta de vos?
La pérdida de tiempo. Me gustaría hacer las cosas de una manera más organizada para aprovechar el tiempo. Tratar de ser lo más coherente posible con las cosas que uno dice y hace. También a veces me enojo mucho en situaciones que no se justifican.
¿Qué talento te hubiese gustado tener?
Me hubiese gustado desarrollar más mi gusto musical. Me gusta cantar y ahora estoy estudiando canto. Pero por ejemplo me encantaría poder sentarme frente a un piano, sólo o con alguien escuchando, tocar algo y que suene bien. Sería espectacular. La verdad que a los músicos los felicito y los aplaudo. Es algo increíble.
¿Tenés algún héroe o persona que admires?
Yo aprendí que el fanatismo no es bueno en ninguno de sus aspectos. Pero creo que es bueno tener referentes. Son como guías. La Madre Teresa de Calcuta, que ha trabajado por los más humildes, es una figura en ese sentido. O el papa Juan Pablo II. Otros referentes son mis padres. Ah, ¿y sabes qué? héroes en este país son todos los que tienen una pyme y dan trabajo.
Un sueño por cumplir…
Que haya un poco más de igualdad para todos. Porque no todos tenemos la misma igualdad de oportunidades, no todos tenemos la misma familia, la misma educación. No todos tenemos la misma posibilidad de elegir cuando viene un tipo cualquiera y te dice si querés tomar drogas. Y muchas personas, en una situación de vulnerabilidad, lo terminan haciendo. La cantidad de delitos asociados directamente al consumo de drogas es altísima, es casi directa la relación. La igualdad es lo que está faltando. Me gustaría que seamos todos más iguales, que no haya privilegios.