Argentina lidera la exportación de frutas orgánicas a la Unión Europea

|Alto Valle|

Argentina es el principal exportador de peras y manzanas orgánicas a la Unión Europea. Basándose en un informe publicado por la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural (DG AGRI, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea, la Secretaría de Agroindustria anunció que nuestro país lidera estos envíos con 30 mil toneladas anuales de fruta, que representan el 20,7% del mercado.

“A nivel mundial decís Patagonia y predomina el concepto de naturaleza. Tiene mucha importancia la ubicación de la zona productiva”, dijo a InterNos Gabriel Gómez, productor de peras y manzanas orgánicas del Alto Valle, al explicar porqué nuestra fruta es tan popular en el continente europeo.

Sin embargo, en los últimos años apareció una problemática que puede poner en peligro esta característica. “Hoy tenemos instaladas en el corazón del valle dos torres de extracción de gas y petróleo. Vas caminando por una quinta hermosa y separado por una alambrado te encontrás con esas instalaciones al lado de las frutas. La producción todavía no se vio afectada, pero sin dudas esto va generando una connotación negativa”.

Gómez explica que, para producir de manera orgánica, es necesario conocer el entorno y los actores biológicos del mismo. “El productor se vuelve una parte obligada del sistema. Se trata de aislar y minimizar los daños que un insecto pueda causar en la producción pero con productos naturales, prescindiendo de todo tipo de químicos”.

Por lo tanto, esta producción exige “estudiar mejor el ciclo de las plagas y también una mayor mano de obra para controlar malezas”. El productor considera que en los últimos años ha crecido exponencialmente la cantidad de quintas orgánicas en la región. Y estima que ese crecimiento se dio de un 2% a un 15% aproximadamente.

El aumento de la producción orgánica exige mayor calidad y hoy, a diferencia de diez años atrás, no todo lo que se produce finalmente se comercializa. Para vender una fruta orgánica hoy los estándares de calidad están a la par de la producción tradicional: requieren color, tamaño y buen sabor. De lo contrario, tiene destino de descarte. “Con el aumento de los volúmenes de producción, creció también la exigencia de los mercados”, concluyó Gómez.