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Comercialización

Colombia: Preocupación por un hongo letal que afecta a las plantaciones de banana

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|Colombia|

El pasado 8 de agosto, el Instituto Colombiano de Agricultura (ICA) declaró la emergencia nacional luego de confirmar la presencia del hongo Fusarium TR4 en plantaciones de banana del departamento de La Guajira, región productiva al norte de ese país.

Días atrás, mientras las muestras de las plantaciones estaban siendo analizadas en un laboratorio holandés y el hecho todavía no había sido corroborado, el ICA ya realizaba trabajos de prevención y activación de los protocolos de control sanitarios. De esa manera se aislaron y erradicaron 175 hectáreas infectadas con el hongo. Luego los estudios ratificaron las sospechas de los técnicos agropecuarios colombianos y el Instituto decidió declarar en estado de emergencia al cultivo para “agilizar los procesos de contención de la enfermedad”, según declaró en conferencia de prensa la gerente general Deyanira Barrero León.

¿Por qué se encendieron tan rápidamente las alarmas? Porque este destructivo hongo tiene malos antecedentes en otros continentes como Asia, África y Oceanía. En América Latina existió desde comienzos del siglo XX (se le llamó mal de Panamá) y contribuyó a la reducción de las plantaciones en varios países entre 1920 y 1950, aunque se creía olvidada después de la aparición de variedades de plantas más resistentes. Su llegada al continente americano preocupa no sólo a Colombia, sino a todos los productores de banana de la región ya que su expansión puede ser lenta pero muy dañina. Esta enfermedad ataca especialmente a la variedad Cavendish, la más comercializada a nivel mundial.

Según informa la revista científica Nature, la cepa TR4 “comenzó a destruir los cultivos Cavendish en Asia en la década de 1990, luego se extendió a Australia y, más tarde, a África”. El hongo infecta la tierra y el material vegetal de la planta a través de sus raíces y se propaga por todo el tejido, impidiéndole absorber agua y nutrientes del suelo.  Su síntoma principal es la marchitez y el amarillamiento que se produce en las hojas.

La forma más eficaz de combatir al Fusarium TR4 es evitando su propagación. Por eso la intención del ICA fue actuar de manera expeditiva con la erradicación de las plantaciones enfermas. Sin embargo, se sabe que el suelo -incluso habiéndose extraído las plantaciones en cuestión- puede permanecer infectado e inutilizado hasta por tres décadas. Actualmente, a excepción del departamento de La Guajira, ninguna otra región del país ha tenido reporte ni sospecha de la enfermedad.

No obstante, es importante aclarar que la presencia de este hongo no tiene ningún impacto en la fruta y por lo tanto no ofrece ningún riesgo para el consumo humano. Esto elimina cualquier especulación respecto a la mercadería cosechada tanto para mercado interno como para exportación. En Colombia (sexto exportador mundial de bananas) los envíos al exterior representan alrededor del 75% del destino del producto.

En verde los países productores de banana donde se confirmó la presencia del hongo

Los esfuerzos por frenar esta plaga son grandes porque su forma de propagación es muy simple. La dispersión del hongo puede darse a través del movimiento de herramientas, maquinaria, vehículos o incluso personas que hayan estado en la zona infectada y que luego se trasladaran a otras regiones. Por eso, desde el gobierno colombiano intentan reforzar lo que llaman medidas de “bioseguridad”. Desde el Ministerio de Agricultura analizan la posibilidad de otorgar líneas de financiamiento para que los pequeños y medianos productores puedan cumplimentar con la vigilancia y rastreo de las plantas, la instalación de puestos de control y la desinfección de vehículos, entre otras cosas.

Al respecto, el medio local “Caracol” señala: “Entre Magdalena y La Guajira hay más de 14.000 hectáreas de producción bananera y por la cercanía de esos territorios, el ICA y los bananeros han tomado medidas especiales como la prohibición de traslados de maquinarias agrícolas entre esos dos departamentos, además, se ha segmentado a los trabajadores de las fincas bananeras para vigilar que no se compartan y que todos adopten las exigencias de desinfección de sus elementos de trabajo”.

Las medidas de restricción también llegan fronteras afuera: Panamá lanzó una alerta sanitaria y prohibió de forma rotunda el ingreso de cualquier material vegetal que pudiera estar contaminado. En Guatemala se comenzó a inspeccionar a pasajeros que lleguen de los países donde hay sospecha del brote y en Ecuador —primer exportador mundial de esta fruta— se lanzó una guía para los agricultores y se creó una línea telefónica para atender sus dudas.

Con información de:

  • Instituto Colombiano de Agricultura
  • Nature
  • El País
  • Expreso
  • Caracol
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