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El trabajo para reducir la pérdida de frutas y verduras en los mercados mayoristas
|Argentina|
A través de una Resolución en el Boletín Oficial, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca instituyó el 29 de septiembre de cada año como el Día para la Concientización sobre la necesidad de reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
La fecha fue establecida en conmemoración del primer “Diálogo Regional sobre Pérdidas y Desperdicios de Alimentos" realizado por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe en el año 2015. “Se requiere profundizar el diseño de instrumentos de intervención política para contribuir a reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos, fomentando su donación”, dice el documento oficial.
Esta problemática también afecta de manera negativa al ambiente, ya que los alimentos que no se consumen representan una explotación no sostenible de los recursos naturales y un manejo ineficiente de los insumos de producción como mano de obra, fertilizantes, combustibles y energía, entre otras cosas. Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, en Argentina se tiran 16 millones de kilos de alimentos al año, de los cuales unos 14,5 corresponden a pérdidas en las etapas de producción, almacenamiento y transporte; mientras que el 1,5 restante a consumo y comercialización.
Las frutas y verduras, al tratarse de productos perecederos de corta vida útil, se ubican como una de las cadenas con mayores volúmenes de pérdidas en nuestro país. Números del Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos de Argentina indican que actualmente se desperdicia 45% de la producción de frutas y hortalizas.
En muchos casos, la falta de estructura para optimizar los trabajos de recolección, pos cosecha, empaque, almacenamiento, transporte y comercialización incrementa las pérdidas durante toda la cadena. Estos aspectos, sumados a los estándares cada vez más exigentes de los mercados y los consumidores respecto a la estética de los productos, traen como consecuencia altos niveles de descarte en la actividad.
“Falta tecnología, por ejemplo, para que los productores puedan mejorar su planificación en las cosechas. Hay productos que se siembran por demás o no se planifica teniendo en cuenta la demanda y eso genera excedente. Hay que planificar y acompañar con decisión política”, explica Natascha Hinsch, directora de la Red de Banco de Alimentos, una entidad que funciona a nivel internacional y se encarga de recolectar, clasificar y distribuir los productos que empresas alimentarias descartan para la venta comercial pero que están en buen estado para ser consumidas.
En Argentina el modelo de Banco de Alimentos se comenzó a aplicar en 2001 de la mano de la industria alimenticia y de los mercados concentradores de frutas y verduras. Muchos de los primeros “Bancos” comenzaron a trabajar en puestos cedidos dentro de los mercados y, gracias al apoyo de cientos de productores y puesteros, estas entidades pudieron crecer con el correr de los años e incluso expandirse en diversos puntos del país.
Desde la Red del Banco de Alimentos informan que en 2018 se rescataron 1.093.629 kilos de frutas y verduras en más de 20 entidades frutihortícolas. Este número cuenta, además, con de productores frutihortícolas que donan mercadería directamente desde las quintas. Los mercados mayoristas de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Mendoza y Santiago del Estero son quienes suman los mayores volúmenes rescatados.
Biogás: una alternativa real
En los últimos años, Argentina avanza en el desarrollo de las energías renovables. La producción de biogas a partir de residuos de frutas y verduras aparece como una alternativa concreta para los mercados mayoristas que no tienen resuelto cómo tratar sus desechos orgánicos: el procesamiento del descarte puede ponerse al servicio del abastecimiento eléctrico en distintos puntos del país.
Si bien el biogás representa hoy un aporte reducido en términos de MWh en la matriz eléctrica, tiene un interesante potencial de crecimiento. En el mundo existen actualmente varios países que son líderes en la producción de biogás, y recientemente en nuestro país surgió un proyecto desde la consultora alemana Eclareon, el "Enabling Bioenergy Argentina" el cual busca incrementar la cantidad de proyectos bionergéticos en general, y de biogás en particular.
Con su implementación se podría avanzar en la utilización de recursos no aprovechados, generar potencia firme y empleo. Esto representaría un hecho significativo para las entidades que comercializan frutas y verduras; les posibilitaría colocar sus desechos orgánicos al servicio de un desarrollo energético y, al mismo tiempo, reducir el impacto en el medio ambiente.