Producción
Desde INTA realizan recomendaciones para afrontar la escasez de agua en cítricos
|Corrientes|
Especialistas del INTA Bella Vista brindaron recomendaciones para minimizar el impacto que la escasez de lluvias puede generar en las plantaciones de cítricos provinciales. Entre las principales prácticas se destacan aspectos ligados al manejo del suelo, riego y control nutricional.
Según datos del Relevamiento Citrícola 2017 – 2018, Corrientes posee un total de 24.711 hectáreas y produce un total de 540.100 toneladas. El mayor volumen corresponde a naranjas (52,8%), el 30,8% a mandarinas, el 14,5% a limón y el 1,9% a pomelos.
No obstante, desde el INTA Bella Vista señalan que, para alcanzar niveles plenos de productividad, las plantas exigen alrededor de 1100 a 1200 milímetros de agua aportados por lluvias, distribuidas a lo largo del año. La preocupación radica en el marcado déficit hídrico de esta campaña, que se encuentra por debajo de la media anual.
“En los primeros seis meses de 2020 cayeron 359,7 milímetros, cuando la media histórica registrada en la EEA INTA Bella Vista en 90 años debería ser 728,4 mm en esos seis meses, lo que destaca el marcado déficit pluviométrico y el estrés hídrico que poseen las plantas”, explican desde la entidad.
“La capacidad para afrontar la seca depende de si el cultivo posee o no equipo de riego. En los lotes que no poseen equipo de riego, la disminución en el rendimiento a cosecha se sitúa entre el 30 y el 50 %”, expresó Andrés Ramírez, especialista en cítricos de esa unidad. Además, explicó que la escasez agua provoca, por un lado, disminución en la cantidad de unidades de fruta en la planta y por otro lado una reducción del tamaño de los frutos.
En ese sentido, el investigador Darío Taiariol recomendó la implantación de abonos verdes para mejorar la captación de agua, mejorar la infiltración y reducir la evotranspiración de la misma. Estos también aportan y reciclan nutrientes y fijan carbono al suelo. En términos generales, mantener el suelo cubierto con abonos verdes ayuda a mantener la humedad, mejorar la calidad física e incrementar el contenido de materia orgánica.
En cuanto a la prevención de plagas, de la entidad sugieren monitoreos constantes porque, si bien el clima seco y la falta de agua no predisponen a la proliferación de enfermedades bacterianas y fúngicas, sí adquiere relevancia a presencia de arañuela roja (Tetranychus mexicanus). “Es conveniente realizar monitoreos semanales o quincenales, prestando atención al envés de la hoja, lugar donde crecen las colonias”, explicó Alcides Aguirre, especialista en plagas del INTA Bella Vista.
En cuanto al manejo nutricional, se debe restringir el uso de altas dosis de nitrógeno, a fin de evitar grandes brotaciones que demandan altas cantidades de agua. “Elementos como el potasio brindan mayor resistencia ante situaciones de estrés de la planta, o el fosforo que incrementa el número de raíces que pueden explorar en el suelo por más agua”, puntualizó Ramírez.
Por último, entre las pautas de manejo aconsejadas durante la seca, se incluye el control de las malezas, tanto entre las plantas como entre las filas. “El control puede ser químico o usando herramientas mecánicas, como rastras, carpidoras o desmalezadora”, concluyeron desde la entidad.