Cámara de Fruteros y Anexos del Mercado de Fisherton
Rosario: la pandemia modificó la manera de trabajar
|Rosario|
Revista InterNos conversó con Eduardo Senestro, presidente de la Cámara de Fruteros y Anexos del Mercado de Fisherton, sobre el trabajo realizado por la entidad desde el comienzo de la pandemia por Coronavirus, en marzo de este año. “Hemos atravesado distintas etapas para cuidar la sanidad. Hoy los clientes se quedan menos tiempo dando vueltas en el mercado, se conversa mucho menos, se incrementaron los pedidos por WhatsApp. Los mercados somos privilegiados, nunca tuvimos que cerrar”, diijo Senestro, quien asumió funciones en febrero de 2019, a este medio.
¿Qué recaudos se tomaron para evitar contagios dentro de los puestos? Al igual que en muchos otros mercados del país, el distanciamiento, el uso del barbijo, la presencia constante de alcohol en gel y la desinfección de los espacios comunes fue fundamental para controlar proliferación de la enfermedad. “Nuestra entidad, con su gran amplitud, ayudó a mantener distancias prudenciales entre los compradores y vendedores”, expresó Senestro.
En este sentido, vale mencionar que al comienzo de la cuarentena las medidas generaron cierta resistencia entre los compradores, ya que algunos no veían con buenos ojos el ingreso por tandas al predio. Hoy no solo se respeta el ingreso programado, sino que se toma la temperatura a todas las personas que ingresan y se controla que la permanencia no se sobrepase una cantidad prudencial de tiempo.
Otra de las medidas que el mercado ha tomado para facilitar un menor contacto entre trabajadores a la hora de la compra es el pedido telefónico o vía WhatsApp y, en menor medida, los pagos por transferencia o con Mercado Pago. “El preparar los pedidos con tiempo reduce el contacto cercano y disminuye su tiempo, aunque siempre hay clientes más desconfiados que quieren ver la mercadería que compran”, concluyó el dirigente.
Recordemos que en el mercado rosarino funcionan unos 200 puestos comercializadores entre operadores y quinteros, unidades normalmente pequeñas a medianas en donde trabajan los mismos dueños con algunos empleados.