Comercialización
Cada vez se paga menos por las peras y manzanas argentinas en el exterior
|Argentina|
Días atrás, el gerente general de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), Marcelo Loyarte, reconoció que en términos productivos la campaña de peras y manzanas 2020/21 no había sido la mejor. En las últimas semanas, además, se dio a conocer que los precios externos para estos productos están en sus pisos históricos, según surge de las declaraciones juradas con los valores de venta (FOB) que realizan los exportadores ante las autoridades fiscales.
Tanto en lo que respecta a precio como a volúmen, los indicadores muestran una tendencia a la baja para esta temporada de comercialización. Se estima que la pérdida de ingresos en dinero es de 60 millones de dólares.
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En el caso de la manzana, por ejemplo, el valor FOB promedio de este primer cuatrimestre del año se ubica en los 0.65 dólares por kilo. El número refleja una caída del 6% respecto del mismo período del año anterior y un desplome cercano al 40% con relación a los primeros cuatro meses de la temporada 2018.
En el caso de las peras, el valor promedio se ubica en 0.69 dólares por kilo, precio que refleja una caída interanual del 13%. La caída es sostenida desde 2018, cuando se había alcanzado el valor más alto de la década con 0.89 centavos de dólar.
En conversación con el medio Agrovalle, Loyarte contó que Argentina viene perdiendo protagonismo en el mercado internacional debido a un aumento de la producción de manzanas en todo el mundo. Citó el caso de Rusia, un destino importante para la fruta nacional, que hoy trabaja la misma cantidad de hectáreas que el Valle.
Por otro lado, para los principales empresarios del sector, este fenómeno de caída se da, en principio, porque los mercados hacia donde se está orientando la oferta exportable están mostrando una desaceleración en el consumo, que termina impactando en el precio final.
Esto se combina con una escasa demanda por falta de variedades hoy disputadas en los mercados internacionales (Argentina concentra su producción en variedades tradicionales) lo que generó un reorientación y crecimiento de los destinos latinoamericanos en los últimos años, que son más permeables a recibir esta fruta, aunque pagan menos.
La segmentación de mercados por variedades y calidad es otro de los puntos que el sector deberá atender en este contexto delicado. “Vamos a tener que hacer una reorientación de los envíos porque en Latinoamérica hay muchas posibilidades de crecimiento, sobre todo en manzanas rojas tradicionales. Tenemos que analizar cuáles son los mejores mercados y qué variedades debemos enviar a cada uno. Las nuevas variedades en un futuro pueden ser una buena oportunidad de comercio”, dijo Loyarte.
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El otro punto señalado por los empresarios es la subfacturación, provocada por la diferencia existente entre el cambio oficial y el resto de los dólares presentes en el mercado, que se refleja en una brecha superior al 70% y genera la aparición de declaraciones juradas donde se muestra un valor FOB de exportación inferior a los precios reales que terminan por registrarse en el mercado.
“Lo que me preocupa es cuál va a ser la proyección a futuro en relación a las variables macroeconómicas. Estamos con un tipo de cambio atrasado y una gran inflación, esto ya lo vimos. El crecimiento de la fruticultura del valle depende de las exportaciones y por lo tanto ser competitivos en tipo de cambio es fundamental”, expresó Marcelo Loyarte.
Fuente: Diario de Río Negro