Comercialización
Frutas y verduras: a la baja
|Argentina|
Comenzamos la semana con la publicación del IPC de junio por el INDEC: 3,2% mensual y 25,3% de variación acumulada al año. Las estimaciones siguen sin cumplirse aunque se siente la desaceleración inflacionaria. Este dato se reconfirma cuando vemos que los precios mayoristas subieron en junio un 3,1% menos que en mayo y apenas por debajo de los registros minoristas.
Según el análisis planteado en esta nota de Ámbito Financiero, la desaceleración de los precios mayoristas puede presagiar una menor presión a los precios minoristas de cara a futuro, que igualmente continuarían ubicándose en un 3% mensual en la segunda parte de año. No es menor señalar que dentro de los productos primarios se destacó la deflación de los “productos agropecuarios” (-2,2%) y “productos pesqueros” (-1,2%); y la suba de “Petróleo crudo y gas” (4,5%).
Si nos volvemos a los precios evaluados por el IPC, vemos también que se registró alza en los servicios de telefonía e internet; la vestimenta, el gas, los cigarrillos y bebidas; los cereales, la carne, pero una marcada baja en los precios frutihortícolas.
La explicación es bastante simple: estamos atravesando un momento de buena y variada oferta, incluso con sobreoferta en algunos productos como la papa y la cebolla, que frente a una demanda deprimida, no encuentra margen para la venta, mucho menos para precios altos. Un ejemplo claro: la banana. Hace meses que esta fruta no pasa la barrera de los 90 pesos a nivel mayorista. Una buena para los consumidores argentinos en época de bolsillos flacos pero mala para los productores y comercializadores que se quejan de estar "soportando el año a pérdida".
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Si bien siempre decimos que, por como está constituida históricamente la comercialización de frutas y verduras, se trata de subsegmento de la economía muy sensible a las variaciones de oferta y demanda, la situación actual verifica que en realidad la producción frutihorticola es sobre todo reaccionaria a la oferta. ¿Por qué? Porque en general la demanda no es tan cambiante salvo excepciones contadas. En general los argentinos consumimos casi todo el año los mismos 10 productos. Ante una demanda relativamente estable entonces, los cambios en la oferta retumban en los precios.
Un poco de esto también se verifica en el Índice de precios de origen y destino publicado por Came. Así, veremos como este mes el IPOD refleja una mayor brecha entre los productos más "baratos" como los cítricos. ¿Por qué? Justamente por que es en estos productos donde los eslabones finales de la cadena pueden mejorar los márgenes para compensar los escasos márgenes de otros productos que efectivamente tienen precios más altos.
En esta otra nota, decíamos ya que hay una tendencia simplificadora a pensar que todas estas variaciones en los valores de los alimentos responden a acciones especulativas de algunos actores de la cadena. Y si bien las especulaciones existen, lo cierto es que la conformación de precios en frutas y verduras es un fenómeno complejo que responde a múltiples factores. En una economía golpeada, dolarizada y en crisis como la nuestra, los productos primarios como las frutas y verduras suelen ser factores de ajuste, lo que provoca grandes conflictos adentro de la cadena y sobre todo a los productores que reciben los precios que se "pueden pagar" y no siempre ajustados a los costos.
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