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Política Sectorial

Y un día pasó, ¡El etiquetado frontal de alimentos es ley en Argentina!

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|Argentina|

Luego de una maratónica sesión en la Cámara de Diputados, anoche se convirtió en ley en nuestro país el etiquetado frontal de alimentos. Después de muchas idas y vueltas, fue aprobada la iniciativa que busca advertir y ofrecer información detallada a los consumidores sobre el nivel de nutrientes críticos (azúcar, grasas y sodio) que poseen los alimentos.

El debate del proyecto comenzó ayer a eso de las 16:00 horas y contó con la intervención presencial de más de 70 diputados. Pasadas las 23:00 horas se realizó la votación final dando como resultado: 200 votos a favor, 22 negativos y 16 abstenciones.

La encargada de abrir el tratamiento fue Cecilia Moreau, presidenta de la comisión de Legislación General, quien aseguró que en medio de un contexto marcado por la preponderancia de enfermedades cónicas no transmisibles (ECNT) “el Estado argentino no va a mirar para otro lado”.

Recordemos que hoy en Argentina un consumidor promedio come un 41% menos de frutas y un 21% menos de hortalizas que hace veinte años atrás. Al mismo tiempo, nuestro país es uno de los mayores consumidores de bebidas azucaradas a nivel mundial (con 131 litros per cápita anuales) y comparte podio con México y Chile en la ingesta de productos ultraprocesados, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Así es que la malnutrición aumenta a pasos agigantados y el porcentaje de muertes a causa de las ECNT alcanza el 73,4%. En este marco, el etiquetado frontal de alimentos se posiciona como una política pública fundamental que garantiza a los consumidores información real sobre los productos procesados y ultraprocesados.

“El proyecto de Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos apunta a terminar con las 'fake news' de la comida. Para poder decidir qué comer primero hay que saber, una condición que hoy se encuentra empañada porque las empresas no van de frente y ocultan información básica", sostuvo en el debate la diputada nacional, Florencia Lampreabe.

Durante la sesión también estuvieron presentes las posiciones en contra que criticaron la iniciativa por considerarla un ataque a la industria nacional y a las economías regionales, como es el caso de la producción azucarera argentina. “Esta ley de etiquetado frontal, tal como está, va a generar más pobreza y mayor desempleo para la región. Creo que todos los diputados de la región debemos unirnos y hacer una mejor ley, que no deje las economías regionales", dijo la diputada tucumana, Beatriz Ávila.

Por su parte el diputado, Pablo Yedlin, aseguró que “el azúcar no es un veneno” y quienes deben dar explicaciones son las industrias que incorporan a sus productos edulcorantes artificiales. Aun así, acompañó el proyecto, pero consideró que se le debía hacer “mejoras”.

El modelo de advertencia que se aplicará en Argentina, a partir de esta ley, es el de octógonos negros. Consiste en la incorporación, en el frente de los envases, de una etiqueta negra con letras blancas que advierte sobre el exceso de nutrientes críticos para la salud.

El proyecto, recientemente aprobado, determina que los productos que contengan edulcorantes o cafeína tendrán que informar que su consumo no es recomendable para niñas y niños. Además, prohíbe la publicidad comercial para niños, niñas y adolescentes de todos aquellos productos que contengan los sellos de advertencia. No podrán incluir en sus envases dibujos animados, personajes ni regalos que llamen la atención.

 

“Un megaestudio que recoge 14 estudios a nivel internacional todos ellos concluyen que la mejor alternativa es la del etiquetado frontal de alimentos. De 2016 para acá más de 30 países implementaron o están en proceso de adopción del etiquetado. En la región están los ejemplos de Chile o Uruguay”, manifestó sobre la iniciativa el diputado nacional, Alejandro Cacace.

Al mismo tiempo agregó: “Hay una clarísima evidencia que marca la relación entre el incremento de los alimentos procesados y ultraprocesados con el fenómeno de la obesidad y exceso de peso y la relación que tiene con las enfermedades no transmisibles ¿Entonces qué estamos esperando para regular esta problemática de salud?”.

La iniciativa fue presentada y motivada por numerosas organizaciones argentinas. Entre ellas: la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (FAGRAN), la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA), el Centro de Investigaciones sobre Problemáticas Alimentarias Nutricionales (CISPAN), la Coalición Latinoamérica Saludable (CLAS) y la Federación Nacional de Operadores de Mercados Frutihortícolas (FENAOMFRA), entre otras.

Esa última, de hecho, llevó adelante una importante campaña durante el 2020 que consistió en hacer un Lobby de lo saludable para exigirles a los funcionarios nacionales que trataran el tema y votaran a favor de la ley. Además, su presidente, Carlos Otrino, participó del debate en comisiones del proyecto.

Por ese motivo, desde InterNos nos contactamos con el representante de los mercados mayoristas para consultarle cómo recibieron la noticia y cuál es la importancia de esta nueva ley. “Es una misión complida porque hicimos lo que había que hacer: sumar un pequeño granito de arena para que esta ley sea una posibilidad y una oportunidad para que los argentinos sepamos que contiene lo que comemos. Hoy Argentina ganó más derechos y  los receptores de estos derechos son los sectores más vulnerables”, manifestó Otrino.

Al mismo tiempo, el presidente de la Federación, destacó el lugar que por primera vez el sector frutihortícola tuvo en el debate. "Para nuestro sector, la ley también es una oportunidad porque los productos frutihortícolas, en su estado natural, no tendrán sellos de advertencia. Están recomendados para una alimentación sana, equilibrada, sostenible", sostuvo.

A las declaraciones del santafesino se sumó Nahuel Levaggi, actual presidente del Mercado Central de Buenos Aires, que dijo: “Esta ley es un avance muy importante para saber qué nos estamos metiendo en el cuerpo. Conocer qué comemos es un derecho para poder decidir. Es un paso muy importante, estamos muy contentos”.

 

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