Política Sectorial
Sebastián Hernández: "Los productores siempre quedamos atrás de la inflación"
|Río Negro - Neuquén|
Esta semana, la Mesa de Contractualizacion Frutícola de Río Negro y Neuquén se reunió con el objetivo de definir los costos de producción de cara a una nueva temporada. Como resultado se acordó un valor de 0,32 dólares por kilo para peras y manzanas.
Del encuentro participaron de forma virtual y presencial el presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, Sebastián Hernández y el Subsecretario de Fruticultura, Pablo De Azevedo. También estuvieron presentes representantes del INTA Alto Valle, encargados de realizar el informe, y legisladores provinciales de todos los partidos políticos.
“En función de los datos que se relevaron por parte del INTA y lo que nosotros veníamos evaluando, el costo fijado está dentro de los parámetros. Nos basamos en un dólar oficial de 107 pesos. Pero por supuesto que esto es una base para poder discutir luego el precio al que se venderá la fruta a las empresas y la rentabilidad por encima de eso”, comentó a InterNos Sebastián Hernández.
Sin embargo, en la reunión no estuvieron todas las partes. La Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) y la Cámara Argentina de la Industria y la Exportacion (CINEX) no se presentaron a la negociación.
“No se quieren sentar a negociar porque no les conviene y nosotros no podemos exigirles nada, porque no tenemos amparo legal. Ellos deciden qué pagar, cómo y cándo hacerlo”, sentenció el representante de los productores.
Recordemos que la única legislación con la que hoy cuentan los productores para fijar los valores de compra y venta de fruta es la Ley provincial de Transparencia que brinda un marco regulatorio para las partes. Se creó porque en muchas oportunidades los productores debían ceder (o deben ceder, porque todavía sigue sucediendo) ante la falta de estructura para retener la fruta y negociarla en mejores condiciones. Pero al no existir una figura institucional que controle estos acuerdos, los valores fijados en los contratos dependen, muchas veces, de la buena voluntad de las partes.
"Nosotros entendemos que el Estado se lleva en impuestos más del 50% de lo que se produce, pero las empresas vienen haciendo un abuso exponencial. No están dispuestas a discutir porque si tuvieran que fijar un costo, de acuerdo a la situación actual, perderían ellos también. La fruta no se vendería y tendrían que pagarle igual al productor lo que corresponde”, explicó Hernández.
En 2021 y con el objetivo de resolver esta tensión, el diputado nacional Martín Soria presentó en el Cámara de Diputados un proyecto para crear el Instituto Nacional de Peras y Manzanas (INPM). Mediante este instrumento, el sector podría acordar de forma equilibrada los valores para que todas las partes se beneficien. Sin embargo, el proyecto sigue encajonado y por el momento no hay novedades de que se debata en la brevedad.
“El escenario hoy no impulsa a que los productores crezcan, al contrario. De 10.000 fruticultores que hubo en algún momento entre las dos provincias, hoy quedan 1500. Mientras tanto las Cámaras empresariales y la CTA se juntan a acordar paritarias laborales con aumentos del 58% sin tener en cuenta todos los costos que tenemos”, dijo el presidente de la Federación.
Y agregó: “A esos aumentos los pagamos nosotros, porque somos los que generamos la mano de obra. No son ellos. Así, los acuerdos nunca nos benefician y los productores siempre quedamos atrás de la inflación”.
En términos productivos, Hernández comentó que la situación de las plantaciones de peras y manzanas es complicada debido a las heladas y las tormentas que se dieron en el mes de octubre en la región. Como consecuencia, se perdió una gran cantidad de fruta.
“Hay productores que no tienen ni un kilo de fruta por planta. Esto significa que va a haber mucha menos cantidad para introducir en el mercado interno”, aseguró.
Con las palabras de Hernández coincidió Pablo de Azevedo, subsecretario de Fruticultura de Río Negro, quién aseguró que los porcentajes de frutas para esta temporada serán menores y que la fruta que llegó a cosecharse puede estar golpeada o marcada. Esto último, también podría tener incidencia en la exportación.
“Todavía no podemos hablar de volúmenes exactos porque estamos en plena cosecha. Hay productores que no tienen fruta y hay otros que tienen la fruta con daños. A partir de ahora hay que ver a dónde se va a destinar la fruta, cuál es el aprovechamiento que se puede hacer de eso y cuáles son las exigencias que tendrán los mercados”, dijo a este medio el funcionario rionegrino.