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Producción

Productores misioneros enviaron 28.000 kilos de batata y mandioca a Buenos Aires

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Foto: Productores independientes de Piray, Misiones.

|Misiones|

El viernes pasado 96 familias pertenecientes a la Asociación Productores Independendientes de Puerto Piray (PIP) realizaron por primera vez el envío de 28.000 kilos de mandiocas y batatas a Buenos Aires.

Los productores del PIP forman parte de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) desde hace 4 años. Precisamente dicha organización, a través de los Almacenes de Ramos Generales que posee en CABA, fue quien compró la mercadería para luego repartirla a través de una red de comedores que coordina en la ciudad.

La iniciativa se llevó adelante con el objetivo de proveer de productos frescos a familias carenciadas y a un precio conveniente para los productores. De acuerdo a los testimonios de las familias misioneras, este envío fue un gran desafío para ellos y para poder lograrlo formaron grupos de trabajo diversificando tareas para optimizar el tiempo.

“Cargar el camión con nuestros productos fue una gran emoción. Es un orgullo poder enviar alimentos desde nuestras chacras, no solo por lo que significa abastecer a más personas, sino porque para nosotros tiene un gran valor sentimental. Detrás de ese envío hay mucho trabajo, mucha lucha, mucha organización y sobre todo mucho amor porque producimos alimentos en tierras recuperadas”, contó a este medio Nelida Almeida, productora de PIP-UTT.


Productores independientes de Piray (PIP) nuclea a más de 100 familias que hace 20 años luchan por las tierras de la colonia a la que pertenecen y realizan trabajos territoriales de manera cooperativa y comunitaria. Están ubicados en el kilómetro 18 de Puerto Piray sobre la ex ruta 12, a la vera del Río Paraná.

En este lugar el 70% de las tierras se encuentran en manos de la empresa Alto Paraná Arauco (APSA), la forestal más importante de Argentina y una de las más grandes de a nivel latinoamericano. La empresa se dedica al monocultivo de pinos y desde PIP argumentan que la actividad que lleva adelante la forestal está avanzando sobre el territorio de las comunidades misioneras. Este es uno de los motivos que incentivó a los productores a organizarse en una cooperativa de trabajo para luchar por mejores condiciones de producción y de vida.

En el 2013 la organización logró la aprobación de la Ley XXIV-11 que dispone la expropiación de 600 hectáreas a la empresa para ser entregadas a las familias de agricultores de la localidad. Sin embargo, después de 7 años de sancionada la ley los productores solo cuentan con 166 hectáreas propias del total que se había acordado. Esas tierras actualmente se encuentran repartidas entre 60 familias socias de PIP -una hectárea por familia-; del resto, algunas se trabajan de manera cooperativa y otras están en proceso de recuperación.

“Si seguían estos pinos detrás de nuestras casas nuestra comunidad también iba a desaparecer. Por eso para nosotros haber logrado enviar tanta cantidad de alimentos fue un ejemplo de lucha y de resistencia. Hoy podemos decir con orgullo que donde antes había monocultivo de pinos hoy las familias productoras de Piray, estamos cosechando alimentos sanos” afirmó Nelida.

Actualmente la cooperativa se encuentra trabajando en  potenciar la producción de hortalizas de las familias misioneras y se dedican a producir biofertilizantes naturales para sus cultivos. Paralelamente, continúan reclamando al gobierno provincial el cumplimiento de la ley para poder acceder a mayor cantidad de territorios productivos.

El envío de mandiocas y batatas marcó un antes y un después para la organización porque los productos que antes solo se comercializaban en el mercado interno de la provincia hoy lograron traspasar esa frontera. Los productores aseguraron que la iniciativa les permitió comercializar a gran escala, lo cual resulta una actividad dificultosa porque muchas veces no cuentan con las herramientas necesarias. El contexto de pandemia también se sumó a las dificultades ya que, imposibilita a los productores a movilizarse hacia el centro de Puerto Piray a vender lo que producen.

A pesar de este complejo escenario, todos los sábados en el pueblo las familias misioneras organizan verdurazos  mediante los cuales comercializan bolsones de frutas y hortalizas a domicilio. Los bolsones no tienen precio y eso no es un dato menor, los productores de PIP venden sus productos a colaboración como una demostración de solidaridad en el contexto de emergencia alimentaria y económica que el país atraviesa.

“Nuestro sueño es que podamos producir alimentos para abastecer a toda la zona norte de Misiones. Apuntamos a lograr soberanía alimentaria, para eso necesitamos tierras y apoyo del Estado provincial, porque alimentarnos es un hecho político”, concluyó Nelida Almeida.

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