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Edición 26

MERCADO PRODUCTORES Y ABASTECEDORES DE SANTA FE

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Cuando termina el año

Este año que culminó estuvo cargado de política y, tal vez, se lo recuerde por la grave situación en la que se encuentran sumidas las economías regionales, entre ellas, la frutihorticultura. 

Y como no hay mejor forma de pensar el futuro que pisando sobre la base sólida del presente, elegimos empezar éste analizando cual es nuestro presente. A partir de esa plataforma se pueden imaginar los quehaceres de todos –y de cada uno- los miembros de cualquier comunidad.

En nuestro caso, el Mercado de Productores y Abastecedores de Frutas, Verduras y Hortalizas de Santa Fe, estamos en el inicio del jubileo por el aniversario 35 de nuestro mercado. Otra vez, un número que nos convoca a la celebración especial (¡treinta y cinco años no se cumplen todos los días!), pero que también, nos compromete con las generaciones que tienen que asumir el desafío de ser continuadores del futuro del Mercado. Algunos lo hicieron antes por ellos. Hoy, ellos lo deben hacer por sí y por sus descendientes.

El 2016 nos recibe con 366 actos en un nuevo escenario político, institucional, comercial y productivo (el orden de los factores no altera el producto), para crecer, no sólo como postulado sino como obligación. La bisiestalidad le agrega un dato: es un año par (dos mil dieciséis y trescientos sesenta y seis).

La esperanza es fuerte. Y esta virtud, propia de los agricultores que tanto trabajo y desarrollo le han dado a la Patria, es fundacional. Estamos ante la posibilidad de salir adelante, de regresar a un país próspero y creciente. Y ello, visto desde las economías regionales o de las zonas de matriz productiva variable –el nombre que le asignemos da igual- porque la tierra es, todavía, nuestra oportunidad.

Argentina necesita de este sector para completar el entramado productivo y comercializador que aporte a una economía que necesita del mercado interno, pero no puede olvidarse del mercado externo (con las frutas de pepita, que tradicionalmente nos aportaron divisas por su inigualable calidad, por ejemplo). El mismo que es un fuerte espacio de ocupación de mano de obra, tanto en la actividad productiva cuanto en la comercializadora, tampoco puede olvidarse del consumo nacional.

Es este un espacio en el que confluye la necesidad intuitiva de consolidar rentabilidad en un escenario más previsible, con variables que no se disloquen y que puedan permitirle al productor y a toda la cadena de comercialización, la obtención de márgenes razonables de rentabilidad que les permita mantenerse y con el tiempo, volver a crecer.

Todos tenemos algo que hacer. Todos estamos involucrados en este nuevo tiempo. Todos debemos partir de lo bueno que se ha hecho y corregir las distorsiones que pudieren haberse producido. Desde allí, el futuro es más luminoso y con ello, más previsible. El año político quedó atrás pero, por la experiencia vivida, no fue en vano. La política debe estar direccionada al bienestar de los argentinos y así poder lograr la reducción de la inflación y el retorno a una estabilidad con desarrollo.

Nos propusimos recuperar la esperanza y hacer del año próximo un gran año. Confiamos en Dios y en nuestras fuerzas. Y tenemos la esperanza intacta.

¡Feliz Navidad y feliz año nuevo!

¡Qué todo sea en Paz!

El Directorio

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