Connect with us

Comercialización

Arándanos: repensar el rol de los exportadores sudamericanos

Published

on

|Internacional|

La ingeniera agrónoma Betina Ernst, cofundadora y actual presidente de Top Info Marketing SA, en una entrevista con Agrovalle hizo un repaso por la historia comercial y productiva de los arándanos en América del Sur. Además reflexionó sobre el rol que Argentina tiene en el mundo como comercializadora de la fruta.

La especialista aseguró que nuestro país, como exportador temprano de arándanos, apareció para cubrir una demanda internacional que hasta el momento venía siendo satisfecha únicamente por Chile. La temporada de arándanos en el hemisferio norte tradicionalmente termina en septiembre y la del país vecino comienza en diciembre. En ese hueco productivo fue que Argentina encontró la posibilidad de ocupar un lugar dentro del comercio internacional.

“Esa ventana comercial era muy buena para nuestro país porque tenía unos precios altísimos. El objetivo en ese momento era producir fruta temprana, sacarla rápido por avión y así cumplir con la demanda insatisfecha que se daba en ese periodo. Fue un muy buen negocio”, manifestó Ernst.

Con el pasar del tiempo, el arándano no solo se convirtió en una de las frutas más demandadas  sino que además muchos países empezaron a producirla. Este es el caso de México, Perú y Marruecos que con costos bajos y un buen clima lograron posicionarse en el sector. Este escenario, obliga a que hoy Chile y Argentina deban repensaran su rol dentro del comercio internacional y buscar estrategias para mejorar los precios de la fruta ante la competencia.

Una de las estrategias de Chile, para mantener su protagonismo en el mundo, es la puesta en marcha del programa de verificación de calidad impulsado por el Comité de Arándanos de Chile. El objetivo de este es incentivar la exportación de variedades de mejor calidad que lleguen en buenas condiciones a los consumidores finales y desaconsejar todas aquellas variedades que no garanticen suficiente calidad en destino. Además, mediante el programa,  se lleva a cabo la incorporación de tecnologías en las chacras productivas para mejorar la calidad de la  fruta.

Recordemos que el país trasandino es el mayor exportador de América del Sur. Comercializa anualmente aproximadamente 110.000 toneladas de arándano fresco y 45.000 de congelado. Cuenta con 18.400 hectáreas cultivadas que se encuentran distribuidas en diversas ciudades que vienen teniendo un crecimiento notable. A esto se le suma que en el último tiempo, Chile puso en marcha la producción orgánica de arándanos lo que representó en la campaña 2019/20 el 15% de sus exportaciones. Esta iniciativa surgió a causa de la pandemia y por la tendencia mundial del consumo de alimentos sanos.

“Chile tiene como principal competidor a Perú, pero es una industria muy madura. Si bien enfrenta costos productivos altos, tiene apoyo gubernamental. Los números de los arándanos en Chile no cierran como antes y los desafíos que se plantearon son los que van a marcar la diferencia. Además, está apuntando a producir variedades como Legacy, Duke, Draper y Emerald que mantienen buena calidad en los envíos y hasta llegar al consumidor final”, explicó la especialista.

En lo que corresponde a Argentina, los desafíos principalmente son los costos productivos. Ante la competencia y los precios bajos en el mercado internacional, nuestro país se enfrenta a la necesidad de reducir costos para lograr envíos más eficientes.  A esto se le suma el panorama económico nacional donde la suba del dólar y la cantidad de impuestos que debe pagar la actividad frutícola se convierten en un obstáculo para que los productores apuesten al sector. En relación a esto Betina Ernst dijo: “No nos hacen fácil las cosas para producir. Tenemos que seguir peleando ante los gobernantes para que se entienda que la fruta es un superproducto, que es necesario exportar porque no nos alcanza con el mercado interno y que tienen que mejorar las condiciones de la fruticultura”.

Otro de los objetivos que hoy se propone la industria del arándano nacional tiene que ver con la calidad de la fruta que exporta. Nuestro país debe repensar si el objetivo es exportar mayores cantidades de fruta o arándanos de mejor calidad y destacarse por eso en el mercado internacional. Vale mencionar, que hace unos años Argentina empezó a producir variedades de arándanos propias para mejorar los estándares de la fruta. Al mismo tiempo, los adelantos tecnológicos en nuestro país son otros de los factores fundamentales. De acuerdo a lo que detalló Ernst, un gran aporte a las zonas húmedas del país es la incorporación de las mallas protectoras de lluvias y granizos con el objetivo de proteger a los frutales. “Pueden ser un cambio de paradigma muy fuerte”, aseguró.

Un dato que no es menor, es que en los últimos años en Argentina las hectáreas productivas de arándano sufrieron una clara reducción (2.650 ha menos) y la productividad solo se concentra en algunas provincias: Entre Ríos, Corrientes, Tucumán y Salta. Al mismo tiempo, las exportaciones también tuvieron bajas. Se pasó de exportar entre 15-17.000 toneladas a 10.500 toneladas en la campaña 2020/21. Esto es resultado de varios factores económicos y coyunturales que afectan de lleno al sector frutícola.

“Argentina siempre tuvo costos altos y los envíos por avión son más altos que los marítimos. A esto se le agregó la pandemia que complicó el tránsito aéreo y  si bien mejoró el consumo de frutas, la comercialización se hizo a menores precios. En este contexto hay que competir y no es fácil. La pandemia encareció todos los procesos: el transporte del personal, la implementación de los protocolos y a eso se le suma la caída de la mano de obra porque había personas de riesgo que no pudieron ir a trabajar”, detalló la presidenta de Top Info Marketing.SA.

En cuanto al destino de los arándanos del hemisferio sur, Estados Unidos recibe aproximadamente el 60% del total producido. A este le sigue Europa que en los últimos cinco años se incrementó ampliamente. Inglaterra es otro de los países que históricamente importa arándanos y actualmente los ojos están puestos en China, un mercado con un gran potencial que está incrementando sus volúmenes importados de forma paulatina.

Como desafíos para nuestro país la experta en el sector aseguró que Argentina debe apuntar en primera medida a mejorar la productividad, reducir los costos, incorporar tecnología y concientizarse sobre el recambio de variedades. Asimismo, Ernst consideró que nuestro país debe potenciar la producción orgánica de arándanos y que por su calidad puede destacarse sin inconvenientes en el mundo.

 

Advertisement

Lo más leído