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Edición 27

Frutos Secos: tendencia en aumento

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Los frutos secos registran las rentabilidades más altas de la fruticultura, con una demanda interna y externa que crece al ritmo de tendencias crecientes asociadas al cuidado de la salud y la alimentación. Muchos productores eligen este tipo de producciones frente a la fruticultura tradicional ya que proponen un manejo relativamente más sencillo, mejor conservación en poscosecha y buena rentabilidad.

Según el Código Alimentario Argentino, fruto seco es aquel “que presenta en su estado natural de maduración un contenido de humedad tal, que permite su conservación sin necesidad de un tratamiento especial. Se presentan con endocarpio) más o menos lignificados, (NdR: es la cáscara de fibra natural) siendo la semilla la parte comestible”. Dicho esto, cuando hablamos de frutos secos, nos referimos a las nueces, castañas, almendras, avellanas y pistacho entre las más comunes.

Si bien es cierto que forman parte de nuestra alimentación desde tiempos históricos, en los últimos años se han constituido en una clara tendencia de consumo en expansión, gracias a sus beneficios nutricionales y su gran aporte energético. Lo cierto es que no sólo se ha incrementado el consumo, sino que se ha diversificado y desestacionalizado. Esto quiere decir que del típico consumo de nueces y almendras muy asociados a épocas festivas (navidad y año nuevo), ahora nos encontramos con un consumidor que busca además avellanas, castañas y otros frutos para consumir de manera más regular durante al año.

Consecuentemente, la producción nacional de frutos secos está inmersa en esa tendencia gracias a la demanda y precios crecientes en el mercado nacional e internacional, a los menores requerimientos de mano de obra e insumos para su producción, y a su fácil y prolongada conservación en poscosecha, lo cual no obliga a una rápida (y a veces mala) comercialización.

Actualmente en Argentina existen casi 30.000 mil hectáreas en producción con un total de 24 mil toneladas de producto anual. La mayor producción se concentra en las provincias de Mendoza, La Rioja, Catamarca, San Juan, Río Negro, Neuquén, Buenos Aires y Entre Ríos. (Ver tabla Hectáreas en producción). Sin embargo, es notable como en los últimos años la producción de frutos secos se ha convertido en la principal alternativa frutícola en los valles de la Norpatagonia.

Actualmente en Argentina existen casi 30.000 mil hectáreas en producción con un total de 24 mil toneladas de producto anual.

Hectáreas en producción

El especialista de la Estación Experimental Agropecuaria Alto Valle, Ing. Agr. Luis Iannamico, asegura que la oferta actual está compuesta por frutos de origen nacional y por otros provenientes del exterior. Ocurre que Argentina es superavitaria en nueces, pecanes y castañas, pero depende de la importación para abastecer el consumo del mercado interno de almendras, avellanas y pistachos, además de otros frutos secos que nunca hemos producido, como castañas de cajú o castañas de Pará. Todavía en Argentina los frutos secos se comercializan con cáscara, pelados y en mezclas con otros frutos secos y cereales, lo que muestra una baja industrialización y escaso agregado de valor en la cadena productiva. La elaboración de aceites esenciales, productos comestibles y de cosmética son algunos de los ejemplos de valor agregado a seguir. Aunque durante el año pasado se han visto algunos trabajos interesantes desde el Clúster de Frutos Secos para la producción de aceites y harinas.

En un trabajo presentado en abril de 2015 – “Evolución del mercado internacional y situación argentina”- el ingeniero expuso un resumen del estado actual de la producción fruto por fruto que resulta sin duda interesante para tener en cuenta:

Nueces

En un contexto en el que China produce casi el 60% de las nueces del mundo, el comercio internacional está dominado por Estados Unidos en un 50%, con participaciones importantes y equitativas de Francia, China, Ucrania, India y Chile. La Argentina ha crecido mucho en los últimos diez años. Con casi 16.000 hectáreas cultivadas y 17.000 toneladas de producción, la nuez es el fruto seco de mayor importancia en lo productivo y en nivel de consumo interno. Nuestro país ha pasado de ser un significativo importador a figurar en el mercado mundial como exportador en los últimos cuatro años. Catamarca, La Rioja y Mendoza siguen siendo las principales productoras con más del 80% del total. En tanto, la región patagónica ha tenido un muy buen crecimiento y aunque la producción actual es cercana al 8% con casi 1.600 toneladas, existe una buena superficie de plantaciones jóvenes que están entrando en producción y que darán una mayor participación en el ámbito nacional en poco tiempo.

Pecanes

Esta especie tiene a nivel mundial una altísima concentración en la producción, comercio y consumo en Estados Unidos y México, con más del 95% de participación en todos esos rubros. En la Argentina, donde el conocimiento y la comercialización de este fruto se están expandiendo lentamente, también existe una concentración en el área productiva en Entre Ríos y Buenos Aires, siendo el delta del Paraná el lugar central de producción, con más del 70% del total de las casi 8.000 hectáreas de cultivo (el segundo en extensión). Hay producción total para el mercado interno y en el 2014 se realizaron las primeras exportaciones a China.

Almendras

Esta fruta seca, la de mayor producción y consumo en el mundo, tiene un mercado internacional dominado en un 80% por los dos principales productores: Estados Unidos y España, en ese orden. Aunque algo lejos todavía, Australia asoma en el horizonte como un importante competidor. La Argentina ha realizado considerables plantaciones en los últimos años y tiene algo más de 4.000 ha cultivadas, pero todavía está muy lejos de producir ese 50% de almendras que importa anualmente, con un volumen que sobrepasa en los últimos cinco años las 1.800 t/año de promedio. En Patagonia norte se vienen realizando plantaciones con variedades de floración tardía y protegidas de las heladas con riego por aspersión, con excelente calidad de almendra y buenas producciones.

Avellanas

Esta especie está dominada internacionalmente por Turquía, país que produce más del 60% del total y comercializa las tres cuartas partes del volumen del mercado mundial. En la Argentina, Río Negro es la provincia de mayor producción, concentrándose en la región del Valle Inferior el 90% de las plantaciones del país, con casi 600 ha de cultivo. Aunque se efectúan exportaciones pequeñas a Italia, todavía se está lejos de abastecer el mercado interno, ya que anualmente importamos un promedio de 170.000 kg anuales.

Pistachos

Esta fruta seca reina en Irán, que produce algo más del 50% y ocupa un mercado exportador superior al 60%. Estados Unidos es el segundo productor/exportador y entre ambos países manejan el 90% del mercado internacional. En la Argentina existen pocas y jóvenes plantaciones –unas 900 hectáreas en total– concentradas en la provincia de San Juan, en la cual dos empresas importantes se las ingenian para exportar casi un millón de kg/año.

Impulso norpatagónico

La fruticultura del Valle Inferior y Valle Medio viene creciendo sin pausa en la producción de frutos secos como alternativa rentable de producción, especialmente de nogal y avellano. Actualmente existen cerca de 2.200 hectáreas implantadas, siendo el nogal la especie más cultivada con 155 explotaciones a campo, seguida por el avellano, con 31 campos para finales del 2015. En tercer lugar queda el almendro con alrededor de 200 hectáreas. Según Iannamico, “La producción es aún baja, ya que la mayoría de las plantaciones son jóvenes y pocas han llegado a la plena producción. Sin embargo, la excelente calidad de la fruta ya es conocida, y se comercializa exitosamente a nivel regional y nacional”.

En el año 2009 se creó la Asociación del Clúster de Frutos Secos de Río Negro a partir de la Cámara de Nogalicultores del Valle de Viedma y la Asociación de Productores de Nogales del Valle Medio que lograron, por solicitud del gobierno provincial de Río Negro, que el Área de Competitividad del PROSAP (Programa de Servicios Agrícolas Provinciales) comenzará a asistirlos técnicamente en un proceso de trabajo participativo con el fin de promover el desarrollo de la actividad. Así, a finales del año 2013 se formó el Clúster de Frutos Secos de la Norpatagonia con representantes de organismos del Gobierno Provincial, entre los que participaron el Instituto de Desarrollo del Valle Inferior (IDEVI); el Ministerio Agricultura, Ganadería y Pesca de la Provincia; la Secretaría de Fruticultura de Río Negro y la Agencia Provincial para el Desarrollo Económico Rionegrino (CREAR); representantes de instituciones de productores del Valle de Viedma (Cámara de Nogalicutlores), del Valle Medio (Cámara de Productores del Departamento de Avellaneda y una Cooperativa de Nogalicultores) y del Alto Valle (Asociación de Productores del Alto Valle de Río Negro y Neuquén); del gobierno de Neuquén, a través de la Agencia de Desarrollo de Neuquén (Adeneu); y de instituciones técnicas, como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Universidad Nacional de Río Negro.

“La producción es aún baja, ya que la mayoría de las plantaciones son jóvenes y pocas han llegado a la plena producción. Sin embargo, la excelente calidad de la fruta ya es conocida, y se comercializa exitosamente a nivel regional y nacional”. Ing. Agr. Luis Iannamico

Además, en materia de industrialización, se avanzó en el desarrollo de productos elaborados con nueces y avellanas (aceites y harinas alimenticias), poniendo en valor los conocimientos de una primera etapa de investigación técnica, vinculada a los procesos para su elaboración. Este proyecto, conducido por la Universidad Nacional de Río Negro, con participación activa de los integrantes de la Asociación del Clúster, tendrá continuidad con la instalación de una planta de procesamiento en el Valle Inferior, que permitirá obtener productos diferenciados en origen para su desarrollo comercial.

Además se han realizado seminarios internacionales, jornadas técnicas y se inauguró, el año pasado, la Especialización en Frutos Secos. Un curso de posgrado para profesionales de la región en la que participaron como docentes técnicos locales y del exterior de reconocida trayectoria. El curso es dictado por el INTA Alto Valle, siendo la única carrera de posgrado en Latinoamérica sobre frutos secos, y es titulada por dos Universidades Nacionales: la del Comahue y la de Río Negro.

 

 

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