Comercialización
Sobreprecios y fake news: combustible para la indignación
|Argentina|
Ayer, en el día del periodista, el debate volvió a instalarse entre detractores y defensores del oficio. ¿Para qué sirve el periodismo? En épocas de clickbait y construcción de audiencias a cualquier precio, ¿qué lugar ocupa? ¿qué servicio ofrece a la comunidad?
Son muchas las respuestas posibles: informar, entretener, divulgar. Pero una de las más trascendentes, sin dudas, es su posibilidad de mejorar y elevar el debate público. Ofrecer lecturas honestas sobre la realidad en un contexto donde la tergiversación o las fake news resultan el negocio perfecto de los cínicos. El mundo de las frutas y las verduras no escapa de ese juego.
El domingo 6 de junio, en su programa Periodismo Para Todos (PPT), Jorge Lanata emitió un informe en el que denunció compras por sobreprecios desde el Estado a productores de la agricultura familiar. En el tape -cuya información fue reproducida luego por medios gráficos- se asegura que el Ministerio de Desarrollo Social adquirió 30.000 bolsones de papa (de 5 kilos cada uno) a un valor de 120 pesos el kilo.
Posteriormente, un reportero recorrió las naves del Mercado Central consultando el valor de la papa mayorista. Por supuesto, las respuestas de los operadores fueron las que cualquier involucrado en el mundo frutihortícola hoy conoce: la bolsa de papa cepillada puede valer entre 370 y 400 pesos los 20 kilos. Es decir, entre 18 y 20 pesos el kilo.
La producción del programa concluyó que la cartera había gastado 18.300.000 pesos en una compra en la que debía haber gastado sólo 3.000.000. “Es un choreo”, “le están robando al Estado” y “la gente que está haciendo eso no tiene conciencia”, fueron algunas de las declaraciones que dieron los operadores del Central consultados por el cronista de PPT.
Horas después, la organización Movimiento de Trabajadores Excluidos -donde se encuentran organizados los productores de la cooperativa hortícola que presentó la oferta- emitió un comunicado y aclaró que la misma consta de un bolsón de 7 kilogramos en total, que incluye, además de papa, otras verduras y frutas variadas (según disponibilidad por estacionalidad) entre las cuáles se encuentran tomate, repollo, berenjena, zanahoria, cebolla, naranja, manzana, pera, durazno, banana, pepino, acelga y mandarina. El precio asciende a 610 pesos por bolsón, pero no solo de papa cepillada, sino de al menos siete de estos productos.
"No hay sobreprecio ni irregularidades. Toda la información es pública y está al alcance de cualquiera. Deliberadamente, no han querido informar sobre la realidad de la oferta. A quienes les interesa hacer una tarea seria de periodismo, en la página web de Comprar pueden encontrar el pliego de condiciones particulares con todo el detalle", señalaron desde el MTE en respuesta al informe.
Efectivamente, en la página web comprar.gob.ar se puede acceder a las especificaciones de la compra pública. En el apartado Cláusulas Particulares el sitio ofrece la descarga del pliego, un archivo en formato PDF que incluye su detalle pormenorizado. El mismo puede leerse acá.
Detalles del pliego donde se informan las especificaciones técnicas de la oferta realizada por la Cooperativa Agropecuaria Unión de Productores Familiares para la compra pública de sus productos.
La ¿confusión? se generó porque en la descripción del producto aparece el siguiente detalle general: “Verduras y hortalizas; Variedad: papa cepillada, Estado: natural, Peso: 5 kg”. La presentación de la información en la web, cabe decirlo, resulta confusa para el ciudadano de a pie. No obstante, el equipo periodístico de PPT podía resolver el equívoco revisando las condiciones específicas del acuerdo (a un clic de distancia) o chequeando de manera directa con las fuentes: la cooperativa productora o el propio Ministerio de Desarrollo Social.
"(...) lo que vale es el pliego. En la plataforma aparece genérico como ‘papas’. El sistema no permite cargar lo de los 7 kilogramos. La clave es el pliego donde tenés las variedades y el peso. Entonces, el que cargó los datos puso las palabras que entraban, no sé porque arrancó particularmente con papa cepillada", explicaron desde el Ministerio de Desarrollo Social al diario Perfil. Por otro lado, señalaron que la oferta “aún no fue adjudicada” sino solo presentada en la plataforma de acceso público.
Lo que podría haber quedado como un desliz de la práctica periodística (¿quién no se equivocó alguna vez en su trabajo?) terminó funcionando lisa y llanamente como una noticia falsa sostenida en un horario central y en uno de los canales más vistos de la televisión argentina. Combustible para la polarización. Indignación en el prime time.
Y acá radica, quizás, el problema mayor. Porque el informe muestra una clara intencionalidad en ligar las supuestas compras por sobreprecios con Juan Grabois y su organización social de base, el MTE. “Es la misma cooperativa que estuvo involucrada en el escándalo del campo de la familia Etchevehere”, dice el reportero mientras el graph, debajo, reza: “Compras de Desarrollo Social a una cooperativa vinculada a Grabois”.
Para las cooperativas de trabajo hortícolas y frutícolas, conformadas por pequeños y medianos productores, las compras públicas son un mecanismo que permite asegurar la venta de su mercadería sin someterse a las dinámicas de la oferta y la demanda que, en determinados contextos, puede obligarlos a comercializar por debajo sus costos. Sin embargo, no todas cumplen con los requisitos específicos del Estado para acceder a ellas. La informalidad de los productores y las demandas de grandes volúmenes suelen ser dos de los mayores obstáculos.
Pero nada de eso dice el informe de PPT, que tampoco aclara que la Cooperativa Agropecuaria Unión de Productores Familiares fue la que ofertó el precio más bajo por bolsón en relación a las otras dos propuestas recibidas. Según informó Desarrollo Social a Perfil, la empresa STL García Pampeana ofertó 680 pesos por bolsón. Y la Cooperativa de Trabajo Unión de Productores Familiares, 700 pesos -siempre por unidades de 7 kilos-.
Las tensiones políticas e ideológicas entre ciertos sectores del periodismo argentino y el gobierno nacional se llevaron puesto, en este caso, la tarea de decenas de productores hortícolas del cinturón verde platense que poco tienen que ver con la grieta de la que se retroalimentan ciertos medios de comunicación.
“Los invitamos a conocer el trabajo de las familias agricultoras que integramos la Cooperativa, las dificultades y las conquistas alcanzadas a partir de la lucha y organización. La cooperativa no es de Juan Grabois ni de ninguna persona en particular, sino de sus 400 socios productores familiares del Cinturón Hortícola de La Plata", respondieron.
Quienes integramos la Coop., producimos alimentos de calidad, impulsamos canales de comercio justo, fomentamos el arraigo rural y el acceso a la tierra para los excluidos. Los invitamos a conocer nuestro trabajo, las dificultades y conquistas alcanzadas con lucha y organización. pic.twitter.com/TpfMMCyQ8l
— MTE (@mteargentina) June 7, 2021
Quedan resonando algunas preguntas. ¿Cuántas personas que el domingo por la noche vieron el informe de PPT tuvieron la posibilidad de leer las aclaraciones de Desarrollo Social o del MTE en sus redes sociales? ¿Cuántos espectadores reforzaron su idea de un Estado ineficiente sin siquiera tener la totalidad de la información a mano? ¿Cómo impacta esta noticia en la imagen que se construye alrededor de los pequeños agricultores?
Pero, por debajo, el interrogante que permanece silencioso es: ¿Quién está realmente dispuesto e interesado en cambiar de opinión?
No es el objetivo de este texto defender posturas a uno u otro lado de la grieta argentina. En cada artículo, entrevista o nota de opinión este medio intenta romper la dicotomía entre el campo extensivo e intensivo, y las lecturas binarias entre kirchnerismo o antikirchnerismo, izquierda y derecha, buenos y malos.
Pero sí creemos que es necesario cuestionar aquellas prácticas que se aprovechan de la buena fe de los espectadores con el objetivo de, como decían nuestros abuelos, llevar agua para el molino propio.
Eso, para nosotros, no es periodismo.
Lo que resulta llamativo (o no, a estas alturas) es cómo quienes, a sabiendas de lo errado del "informe", lo reproducen y comparten a los fines de divulgar esa fake news. O peor...a los fines de argumentar contra un enemigo que ellos mismos construyen.
¿Esperan sostener su verdad de la historia a base de mentiras? Este video también circuló en grupos de difusión frutihortícola, por supuesto. Somos pocos y nos conocemos mucho. No hace falta ser mago para saber desde dónde se impulsa su viralización. Insistimos: no es nuestro rol tener la verdad develada sobre modelos de producción o comercialización. Pero difícilmente se pueda avanzar en consensos sobre la base de estas conductas. Algunas personas en el sector parecen no entenderlo y es lamentable cómo otros caen por error, "por prestar oído", en viejas y arcaicas lógicas que lejos están de construir la actividad que se pretende.
¿Quién muerde la zanahoria que sirve Lanata?