Producción
Uvas de mesa sin semilla, un desarrollo nacional con 15 años de trabajo
|Mendoza|
El trabajo comenzó en 1995 y recién en 2020 -luego de análisis, entrecruzamientos, ensayos en laboratorios y a campo- un grupo de investigadores concretó el desarrollo de nueve variedades de uva sin semilla. Destacan por su calidad y productividad, según informaron desde el INTA Mendoza, y ya están inscriptas en el Registro Nacional de Cultivares.
“Son 9 variedades de uva sin semilla prometedoras, que serán evaluadas posteriormente a nivel agronómico en las condiciones del Oasis Sur”, explicaron desde la Estación Experimental de Rama Caída.
De acuerdo con Silvia Ulanovsky, responsable del equipo de mejoramiento genético de la Estación Agropecuaria Mendoza, este desarrollo “tiene en cuenta que los consumidores prefieren las variedades de uva de mesa estenospermocárpicas, porque producen rudimentos blandos, poco o nada perceptibles, en lugar de semillas normales y duras”.
Además, estos nuevos cultivares incrementan el tamaño de las bayas por la aplicación de ácido giberélico, y mejoran el manejo por la posibilidad de conservación en frío después de la cosecha. A su vez, las bayas miden, como mínimo, 18 milímetros de calibre, sin recurrir a reguladores de crecimiento.
Con uvas rosadas está Delicia INTA y con blancas Esperanza INTA, Resistencia INTA y Grandeza INTA. Las de bayas rojas son Serena INTA y Marisela INTA. También están las que tienen bayas negras como Fernandina INTA, Revelación INTA y Sorpresa INTA.
Un desarrollo sostenido en el tiempo
Para Ulanovsky, resulta “clave” que la Argentina posea variedades propias de uva sin semilla, lo que representa una ventaja competitiva para los productores argentinos. No obstante, la investigadora destacó el largo proceso que implica el mejoramiento genético. La inversión sostenida en años.
“La obtención de una variedad constituye un proceso que insume un tiempo mínimo de 15 años, cuantiosos recursos humanos para el trabajo desarrollado en laboratorios, invernáculos y a campo. Se trata de un largo proceso que comienza con el cruzamiento entre dos variedades o cepas seleccionadas y termina con la inscripción en el Registro Nacional de Cultivares”.
En cuanto al éxito en el proceso de cruzamientos entre variedades con semillas y variedades estenospermocárpicas, Ulanovsky explicó que “la proporción de descendientes sin semilla es baja, en forma aproximada entre un 10 y un 15% y rara vez supera estos porcentajes”.
Por este motivo, sólo es posible realizar cruzamientos entre dos plantas productoras de uvas “sin semillas” -con mayor grado de éxito- si se procede al rescate y cultivo in vitro de embriones. “De esta forma, se evita el aborto que ocurre en condiciones naturales e impide la formación de semillas viables capaces de generar plantas normales”, detalló la investigadora.
Una por una
Delicia INTA se destaca por su sabor moscatel, aventaja a la variedad Moscatel Rosado, cultivada en la Argentina y otros países de Latinoamérica por la fertilidad de su polen y por presentar rudimentos y no semillas normales. “El cultivo de Delicia INTA en zonas frescas favorece la obtención de uvas de intenso color, difícil de lograr en uvas rosadas y rojas procedentes de zonas más cálidas”, detalló Ulanovsky.
Con respecto a las variedades Esperanza INTA, Serena INTA y Resistencia INTA, la investigadora explicó que producen bayas crujientes, cualidad apreciada y excluyente en ciertos mercados. Serena INTA amplía la oferta estacional de variedades rojas, ya que se cosecha antes que la variedad Crimson y Resistencia, de cosecha tardía, la de variedades blancas.
Por su parte, los cultivares Fernandina INTA, Revelación INTA y Sorpresa INTA representan para los productores argentinos la posibilidad de incorporar uvas negras a las exportaciones del país, inexistentes en la oferta disponible actual.
“Fernandina INTA sobresale por su productividad, Revelación INTA por el tamaño natural de las bayas, y Sorpresa INTA por su sabor especial que la ubica entre las más preferidas en las encuestas realizadas”, detalló la técnica.
Por su parte, Marisela INTA produce uvas de sabor intenso, denominado foxé, apto para uvas de mesa y muy apreciado en la elaboración de jugos y mermeladas en Brasil y otros países.
Por último, Grandeza INTA, tal como sugiere su nombre, produce uvas de gran tamaño natural. “Es recomendable cultivarla en zonas sin lluvias en la época de cosecha o evaluar la relación entre costos y beneficios de colocar cubiertas plásticas para lograr uvas tempranas de óptima calidad”, indicó la especialista de Mendoza.
Fuente: INTA Argentina