Política Sectorial
Eduardo Garcés: "Es la crisis hídrica más grave de la provincia desde que se tiene registro"
|San Juan|
Aunque la bajante histórica del Paraná se lleva todos los flashes, lo cierto es que las escasas reservas de agua en otras provincias, como Mendoza o San Juan en la región de Cuyo, condicionan el normal desarrollo de muchas actividades agropecuarias. Una de ellas es la producción de uva sanjuanina, donde la crisis hídrica ha llevado a entidades del agro local a solicitar créditos para avanzar hacia el riego por goteo, con el objetivo de optimizar el uso de este recurso en los próximos años.
Revista InterNos conversó con Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros de San Juan, para consultarle sobre la situación de los productores en este contexto climático difícil. A continuación el diálogo mantenido con el dirigente, reelecto en su cargo días atrás.
¿Cómo están viviendo la crisis hídrica los productores de la provincia?
Mirá, la situación es complicada. Recuerdo que en el año 68, 69 y 70 vivimos una sequía que a lo mejor fue más profunda que ésta, pero fue más corta, 4 años máximo. Ahora llevamos como 6 o 7 años secos y los pronósticos dicen que va a durar 6 o 7 más. Te diría que es la crisis hídrica más grave de la provincia desde que se tiene registro. Es preocupante. Tenemos tres diques en funcionamiento y el gobierno provincial está construyendo otro. Por ahí esa es la diferencia que tenemos con los funcionarios. Nosotros creemos que hay que dejar de hacer diques si no hay con qué llenarlos. Es preferible que hagamos tuberías desde los diques y fomentemos el riego por goteo, pero con el agua ya presurizada en las propiedades.
Hace poco la Federación de Viñateros le envió, junto a otras instituciones del agro, una carta al gobernador para que se apliquen políticas públicas que faciliten el acceso al riego por goteo. ¿Es una solución?
Sí. En realidad es una opción, porque tiene dos contras. La primera es el costo. Mirá, un productor de Sarmiento, que forma parte de la Federación, tiene una finca de 30 hectáreas con goteo. Y en los últimos dos años no pudo prenderla porque después no podía afrontar la boleta de luz. Tuvo que volver al riego tradicional por manto.
¿Y la otra?
Cuando vos le ponés riego por goteo a un parral nuevo, y lo crías con ese riego, las raíces se desarrollan superficialmente y podés prender la bomba unas cuatro horas diarias para que se mantenga húmedo. Pero en las plantas que se desarrollaron con riego por inmersión o manto, con agua abundante cada 15 días, las raíces crecieron profundas y para llegar hasta ellas sería necesario tener el goteo prendido durante 10 o 12 horas por día, con un costo mucho mayor de electricidad. Y tenes que pensar que las plantas de vid viven entre 20 y 30 años, no se puede cambiar todo de un día para otro. Mi experiencia propia: a un parral de cuatro hectáreas, que ya tenía varios años, le puse riego por goteo y se me vino el rendimiento a la mitad. El otro tema es la inversión inicial, que está en el orden de los 3000 y 3500 dólares la hectárea. No es poca plata.
Es decir que el panorama no es alentador en cuanto a los rendimientos. ¿Esperan una caída en los volúmenes cosechados por la falta de agua?
En las cosechas 2020 y 2021 estuvimos 400 millones de kilos abajo del promedio, 200 millones cada año. Y en la cosecha del 2022 no sabemos bien qué va a pasar, porque tenemos el agravante que cuando el río no trae agua, los productores buscan en el subsuelo. Pero son tantos los que están chupando agua del subsuelo, que las napas han bajado muchísimo. Y empieza a pasar lo que en la jerga se conoce como “los pozos que se cuelgan”. La bomba está al máximo de profundidad, chupa aire y ya no saca agua. Por eso estamos viendo con las autoridades si se trae agua de otras cuencas o se trabaja con nuevos pozos que hoy el productor no puede explotar por su poca rentabilidad. La primavera es un momento clave para el riego.
Durante los primeros meses del año tuvieron varios idas y vueltas entre productores, bodegueros y el gobierno provincial por el precio que iban a recibir por la fruta este año. ¿Cuál fue ese número finalmente?
Nosotros venimos de seis o siete años de trabajar con “rentabilidad bajo cero”, como le digo yo. Este año se recuperó un poco el precio de la uva, que por el tema COVID-19 y por falta de uva en el hemisferio norte se vendió un poco mejor. En los años buenos, el precio de la uva por kilo siempre fue de entre 20 a 25 centavos de dólar. Hoy la vendemos a 20 centavos del dólar oficial, pero a 12 centavos del dólar blue. Y nuestros insumos aumentaron porque los cobran al valor blue. Por ejemplo, una bolsa de abono que antes valía 20 o 25 dólares, hoy está en 50 dólares. Es un problema grave que tenemos en este momento.
Por el panorama que relatas, se viene un semestre complicado para los productores de uva.
Desde lo climático las perspectivas son bastantes negativas. Ha caído una nevada pero no llega ni a la mitad de lo que debería caer. Rogamos que haya unos 30 o 40 centímetros más de nieve en la cordillera antes que se termine la temporada, así no es tan grave la sequía. Por otro lado, desde lo comercial está el hecho de que Francia, uno de los mayores productores de uva y vino del mundo, tuvo la cosecha más baja de su historia. Eso si bien es una desgracia para el productor francés, a nosotros nos viene bien porque hace que se valorice el producto. Vamos a ver si tenemos uva para aprovecharlo.