Comercialización
Preocupación: Faltan contenedores en los puertos y crecen las demoras en el comercio internacional
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Preocupa, y mucho, al sector exportador. No hay empresario que no mencione, entre las problemáticas más importantes de los últimos meses, la falta de contenedores a raíz de las dificultades logísticas impuestas por el COVID-19. Marcadas interrupciones y retrasos dificultan los envíos y la recepción de mercadería en todo el mundo.
Según un informe difundido por MasContainer, medio especializado en logística y comercio, en las conexiones transpacíficas un contenedor tiene una demora media de 110 días para completar el trayecto a puerto destino. Es casi el doble del tiempo estimado normal, que oscila entre 45 y 50 días. Una situación similar se vive en las rutas entre Asia y Europa, donde se pasó de una media de entre 55 y 60 días a los actuales 108.
A nivel mundial el panorama es incierto y no tiende a mejorar. Además, el incremento en los tiempos de tránsito trajo, en consecuencia, un aumento -insatisfecho- en la demanda de contenedores. Un atraso generalizado. Mientras que antes de la pandemia alrededor del 2% de la capacidad de los portacontenedores podía sufrir retrasos en la entrega, la cifra se ha elevado ya al 11%.
En lo que respecta al comercio latinoamericano el impacto no fue menor. Por citar un ejemplo, en diciembre de 2021 unas 30.000 toneladas de café verde orgánico esperaban su embarque en almacenes aledaños al puerto peruano del Callao ante la falta de contenedores.
Los retrasos exigen reprogramaciones y, como los contratos son a precio FOB (es decir, el valor de la mercadería puesta en embarque, incluyendo el flete hasta el puerto destino) semana a semana los costos se encarecen para los exportadores. Y lo que es peor: muchos compradores se resisten a pagar esos precios. Algunos hasta eligen cancelar contratos.
Según un artículo publicado por MasConteiner a fines del año pasado, también hay retrasos de embarque en el puerto colombiano de Buenaventura. “No hay suficientes contenedores para embalar productos. Además, antes un barco que hacía una operación Asia-América en 40 días, ahora lo hace en 75, por lo que la regularidad en las frecuencias no se está cumpliendo y los productos no pueden salir en los tiempos requeridos”, dijo Javier Diaz, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores (Analdex), de Colombia.
Por su parte Felipe Rivadeneira, presidente del directorio de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), dijo que este problema también afecta la competitividad del sector exportador de su país, que demanda contenedores refrigerados para los envíos de productos perecederos, cuyo caso emblemático es la banana. “Nuestra economía está dolarizada y no tenemos posibilidad de aplicar devaluaciones a la estructura de costos, sobre todo cuando el precio de los fletes se ha incrementado 10 veces”, señaló.
Y agregó: “Los espacios cada vez se reducen más y hay un claro predominio del comercio mundial en el hemisferio norte, lo cual ha hecho que el hemisferio sur tenga muchos inconvenientes. Las rutas a esta parte del mundo son escasas y poco atractivas para las empresas de transporte que también fueron golpeadas en su momento y que ahora están tratando de recuperar y maximizar sus rendimientos”.
En una reciente entrevista con InterNos, el gerente ejecutivo de la empresa ecuatoriana Gina Fruits, Hugo Castro, hizo referencia al “momento de inflexión” que está viviendo la exportación de banana ante las nuevas restricciones comerciales.
“Las dificultades derivadas del COVID están cambiando la manera en que el negocio del banano se manejaba. Antes había mucha libertad de embarque de fruta debido a que la disponibilidad de espacios navieros era casi 'infinita' para el sector exportador. Sin embargo, ahora los espacios no solo están extremadamente limitados sino que adicionalmente debemos lidiar con retrasos no avisados de los barcos, lo que nos obliga a parar los cortes de fruta. Y no hay disponibilidad de contenedores vacíos. Recordemos que el banano es una fruta que no se puede guardar sino que se debe cosechar y embarcar semana a semana”, expresó.
También se expresó al respecto Franco Sibilia, titular de la firma mayorista de frutas Tropical Argentina, una de las empresas más importantes en la importación de bananas en Argentina. En septiembre del año pasado, dijo a este medio que la pandemia causaba "demoras en la carga y descarga de los barcos, que va generando a su vez un desabastecimiento no solo de la banana sino de todos los productos". Y agregó: "Por ejemplo, hay problemas con los envases de la mercadería, que está aumentando porque no llega el insumo para los cartones (...) Y eso hace que los valores de todos los productos aumenten".
Por otra parte, en Chile los exportadores de fruta fresca no son más optimistas. “Vemos con preocupación los problemas en la logística de exportaciones, tanto a nivel local, como la congestión que se está provocando en los puertos de destino, siendo el principal la falta de contenedores refrigerados, esenciales para que la fruta fresca de Chile llegue en óptimas condiciones a mercados tan lejanos como China”, declaró Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (ASOEX).
Finalmente, en el caso de Uruguay, la Cámara de Comercio Uruguay-China (CCUCH) reconoció demoras causadas principalmente por los retrasos en la llegada de contenedores provenientes de Argentina, país con el que tiene interdependencia portuaria. “Tenemos dificultad para conseguir contenedores porque Argentina no compra ni vende a los niveles prepandemia, y debido a eso los containers vacíos no llegan acá”, dice Gabriel Rozman, presidente de la CCUCH.
En un sentido similar se expresó días atrás Alejandro Pannnunzio, presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia (APAMA) y del Comité Argentino de Arándanos (ABC), sobre la exportación de esta delicada fruta.
“En los envíos marítimos hubo retrasos que en algunos casos significaron pérdidas para los productores. Esta es una fruta muy perecedera. Debido al menor flujo comercial de Argentina respecto a otros países hay menos contenedores disponibles para que podamos subirnos a esos barcos. Por eso tenemos que salir por Chile con nuestra fruta, aunque es más caro”, dijo Pannunzio a InterNos.
Fuente:
- MasConteiner y archivo propio