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Se reduce la cantidad de productores de peras y manzanas en Mendoza
|Mendoza|
La producción de peras y manzanas en Mendoza no repunta y muchos productores comienzan a abandonar la actividad por falta de rentabilidad.
Al igual que en el Alto Valle de Río Negro, el sector frutícola mendocino atraviesa una fuerte crisis productiva. Datos aportados por la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Secas (Aspeff) dan cuenta de una reducción significativa en la cantidad de chacareros dedicados a la actividad: en los últimos seis años dejaron de existir alrededor de 350 productores primarios.
Estos datos se traducen en una actividad que se achica año a año. Un reciente informe publicado en el diario Los Andes anuncia que entre 2011 y 2017, un 77% de chacareros dejaron de producir peras y manzanas en la provincia. De 450 establecimientos, en la actualidad sólo quedan 100. Además, cayeron también las empresas empacadoras que exportan mercadería, con una baja del 80%. Los números son determinantes: en 2011 existían 34 empacadoras y en la actualidad sólo quedan 7.
Meses atrás, el gobierno nacional convirtió en ley la declaración de emergencia económica por un año para la producción de peras y manzanas. El proyecto faculta al poder Ejecutivo a otorgar moratorias impositivas y prórrogas para el pago de obligaciones y recursos de seguridad social. Sin embargo, representantes de la actividad consideran insuficientes a estas medidas, ya que la crisis del sector se encuentra atravesada por diversidad de factores.
Fuertes períodos inflacionarios (que elevan los costos en insumos), altos costos tributarios internos, pérdida de calidad por falta labores culturales e incrementos de costos en mano de obra, dieron como resultado una estructura poco rentable para los productores, que comienzan a abandonar la actividad.
Rodrigo González, economista de Fundación Ideal, explicó al diario Los Andes que el problema competitivo impactó drásticamente en el sector de fruta pepita, ya que la exportación requiere una estructura logística sofisticada que en la actualidad no posee el sector. Ante esta situación, muchos han reconvertido sus fincas hacia la producción de frutos secos, como los nogales, o hacia la elaboración de hortalizas.
Para Mario Bustos Carra, de la Cámara de Exportadores de Mendoza, la crisis del sector frutícola se encuentra enmarcada en un difícil momento que atraviesan algunas economías regionales en el resto del país: “Entendemos que por tratarse de una producción inserta en economías regionales de varias provincias (la nuestra más las del Alto Valle), se encuentran incluidas en lo que llamamos matriz de problemas que son similares para todas las producciones de base agrícola”.
Ante un futuro incierto, la premisa parece ser cuidar los puestos de trabajo existentes en la provincia, volver rentable la producción y recuperar un lugar en los mercados internacionales con políticas enfocadas en favorecer los esfuerzos productivos de quienes todavía hoy se mantienen en la actividad.
Fuente: Diario Los Andes